PLAYA GIRÓN

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A sesenta años de la victoria del pueblo cubano en Playa Girón

Ernesto “Che” Guevara

En abril de 1961 precedida de una serie de agresiones  armadas, la joven Revolución Cubana derrotó una invasión apoyada por el imperialismo norteamericano en Playa Girón. Meses después el Comandante Ernesto Che Guevara, asistió como ministro de Industrias y representante de Cuba a la Conferencia del Consejo Interamericano Económico y Social de Punta del Este, Uruguay. En la misma, el gobierno norteamericano presidido por John Kennedy,  lanzaba su mayor iniciativa para las Américas: la Alianza para el Progreso, plan crediticio pensado para contrarrestar el ejemplo de la Revolución Cubana. Del extenso y brillante discurso del Comandante extraemos algunos pasajes donde se refiere a la gesta de Playa Girón.

“Estamos de acuerdo en una sola cosa con el informe del Punto V de los señores técnicos, en una sola frase, que define la situación actual:

“Una nueva etapa comienza en las relaciones de los pueblos de América”, dice y es cierto. Sólo que esa nueva etapa comienza bajo el signo de Cuba, Territorio Libre de América, y esta Conferencia y el trato especial que han tenido las delegaciones y los créditos que se aprueben, tienen todos el nombre de Cuba, les guste o  no les guste a los beneficiarios, porque ha habido un cambio cualitativo en América, como es el que un país se pueda alzar en armas, destruir a un ejército opresor, formar un nuevo ejército popular, plantarse frente al monstruo invencible, esperar el ataque del monstruo y derrotarlo también…”. (…)

“Pareció que el Presidente Kennedy inauguraba la nueva época de que tanto se ha hablado. A pesar de que también la lucha verbal había sido dura entre el Presidente y el Primer Ministro de nuestro Gobierno, esperamos que mejoraran las cosas. El Presidente Kennedy pronunció un discurso en el que se advertía claramente una serie de actitudes a tomar en América, pero parecía anunciar al mundo que el caso de Cuba debía considerarse ya como algo cristalizado, como un “fait accompli”(hecho consumado. Nota de la redacción).

Nosotros estábamos movilizados en aquella época. Después del discurso de Kennedy, al día siguiente, se ordenó la desmovilización. Desgraciadamente el día 13 de marzo de 1961, el presidente Kennedy hablaba de la “Alianza para el Progreso”. Hubo ese mismo día, además, un ataque pirata a nuestra refinería de Santiago de Cuba, poniendo en peligro las instalaciones y cobrando la vida de uno de sus defensores. Estábamos, pues, nuevamente frente a una situación de hecho…”

A continuación el Che denuncia el plan contrarrevolucionario expuesto en el  llamado “Libro Blanco” cuyo autor, el asesor de la presidencia,  Arthur Schlesinger,  redactó  en cooperación con el De­partamento de Estado.

“El régimen revolucionario ha traicionado su propia revolución, decía el Libro Blanco, como si fuera del juez de las revoluciones, y de cómo hacer las revoluciones, y el gran calificador de las revoluciones de América.

“El régimen de Castro representa un peligro para la auténtica revolución en América…”, porque la palabra revolución también necesita, como decía alguno de los miembros de la presidencia, limpiar fondos de vez en cuando…”

“Se llamaba en el Libro Blanco, al pueblo de Cuba a la subversión ya la revolución “contra el régimen de Castro”, pero, sin embargo, el día 13 de abril el Presidente Kennedy, una vez más, tomaba la palabra y afirmaba categóricamente que no invadiría Cuba y que las fuerzas armadas de Estados Unidos no intervendrían nunca en los asuntos internos de Cuba. Dos días después, aviones desconocidos bombardeaban nuestro aeropuerto y reducían a cenizas la mayoría de nuestra fuerza aérea, vetusta, remanente de la que habían dejado los batistianos en su fuga.

El señor Stevenson, en el Consejo de Seguridad dio enfática seguridad de que eran pilotos cubanos, de nuestra fuerza aérea, “descontentos con el régimen de Castro”, los que habían cometido tal hecho y afirmó haber conversado con ellos.

El día 19 de abril se produce la fracasada invasión donde nuestro pueblo entero, compacto y en pie de guerra, demostró una vez más que hay fuerzas mayores que la fuerza brutal de las armas, que hay valores más grandes que los valores del dinero, y se lanzó en tropel por los estrechísimos callejones que conducían al campo de batalla, siendo masacrados en el camino muchos de ellos por la superioridad aérea enemiga. Nueve pilotos cubanos fueron los héroes de aquella jornada, con los viejos aparatos. Dos de ellos rindieron su vida; siete son testigos excepcionales del triunfo de las armas de la libertad.

Acabó Playa Girón y, para no decir nada más sobre esto, porque “a confesión de partes, relevo de pruebas”, señores Delegados, el Presidente Kennedy tomó sobre sí la responsabilidad total de la agresión. Quizás en ese momento, no recordó las palabras que había pronunciado pocos días antes…”

“…Hay una serie de problemas políticos que están dando vueltas. Uno de ellos es político-económico es el de los tractores. Quinientos tractores no es un valor de cambio. Quinientos tractores es lo que estima nuestro Gobierno que puede permitirle reparar los daños materiales que hicieron los mil doscientos mercenarios. No pagan ni una vida, porque las vidas de nuestros ciudadanos no estamos acostumbrados a valorarlas en dólares o en equipos de cualquier clase. Y mucho menos la vida de los niños que murieron allí, y de las mujeres que murieron allí en Playa Girón.

Pero nosotros aclaramos que, si les parece una transacción odiosa, del tiempo de la piratería, el cambiar seres humanos -a quienes nosotros llamamos gusanos- por tractores, podríamos hacer la transacción de seres humanos por seres humanos. Hablamos a los señores de Estados Unidos: les recordamos al gran patriota Pedro Albizu Campos, moribundo ya después de años y años de estar en una mazmorra del imperio y les ofrecimos lo que quisieran por la libertad de Albizu Campos (*); recordamos a los países de América que tuvieran presos políticos en sus cárceles que podíamos hacer el cambio. Nadie respondió.

Naturalmente nosotros no podemos forzar ese trueque. Está simplemente, a disposición de quienes estimen que la libertad de los “valerosos” contrarrevolucionarios cubanos -el único ejército del mundo que se rindió completo, casi sin bajas-, quien estime que estos sujetos deben estar en libertad, pues que deje en libertad a sus presos político, y toda América estará con sus cárceles resplandecientes o, al menos sus cárceles políticas sin preocupaciones…”

(*) Patriota portorriqueño (1891-1965), que luchó por la independencia de su país, uno de los presos políticos más antiguos de América.

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