¿PRESENCIALIDAD VS. VIRTUALIDAD ES EL PROBLEMA?

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Un problema de salud pública, no de educación.

El gobierno porteño de Rodríguez Larreta ha resuelto desoír el DNU presidencial que suspende las clases presenciales por dos semanas en CABA y el AMBA. Recordemos que  la decisión presidencial  estuvo precedida de un encendido debate en los medios y de medidas sindicales de los gremios docentes, pues el gobierno nacional en la voz de su ministro de educación Nicolás Trotta sostuvo la presencialidad obligatoria en las escuelas hasta último momento, con la aquiescencia de CTERA y Suteba que apenas atinaron a pedir una entrevista con las autoridades para solicitar tímidamente que se considerara la suspensión de la presencialidad “en las escuelas en lugares de alto riesgo.” La decisión algo tardía del ejecutivo nacional demuestra que el fallecimiento de 21 docentes en todo el país, muchos de ellos de Jujuy, de estudiantes y personal auxiliar, pudo haberse evitado.

La “novedad” que porta la segunda ola es la de que el virus ha comenzado a difundirse fuertemente en adultos jóvenes, en niños y adolescentes.

Las voces que se alzaron para advertir sobre el previsible aumento del contagio no fueron escuchadas, entre ellas la de la ex viceministra de educación Adriana Puiggrós: “Creo que se está utilizando el tema de la pandemia sin ningún sentido, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, adelantando las clases y haciendo correr un enorme peligro a los alumnos y docentes. ¿Qué diferencia hay entre empezar las clases el 17 de febrero, como plantea Larreta, y empezar 20 días más tarde con los docentes vacunados?”

Hoy, ante la segunda ola y la irrupción de nuevas cepas, países considerados como modelo por nuestra derecha vernácula suspenden clases. Así sucede en Francia, Alemania, donde la canciller alemana Ángela Merkel lanzó un enérgico discurso. “Todavía no estamos preparados para reabrir guarderías y escuelas” fueron sus palabras. Uruguay, erigido por la oposición en una especie de paraíso (aparte del paraíso fiscal, claro), extiende el cierre de escuelas hasta el 3 de mayo.

La  revista científica The Lancetadvirtió que la reapertura de escuelas sin una robusta campaña de mitigación del virus puede llevar a una aceleración de la pandemia del coronavirus y, por consiguiente, más contagios y muertes. El estudio es de mediados de marzo y muestra que la vuelta de clases presenciales sin cuidados podía causar hasta 30 mil muertes más en el Reino Unido

“Sin adicionar mitigaciones, los aumentos en la transmisión son probables. Esta vez con más infecciones y posiblemente variantes más virulentas, resultando en más encierros, escuelas cerradas y ausentismo” señala la prestigiosa publicación. (El Destape 16/04/21)

Pasándolo en limpio, debe aclararse que no estamos discutiendo si los pibes tienen que ir o no a la escuela, si tienen que educarse o no. Si es mejor la presencialidad o la educación virtual. Lo que estamos discutiendo en el marco de la segunda ola de la pandemia con un crecimiento exponencial de los contagios en CABA y AMBA, es la necesidad de suspender las clases presenciales para disminuir la movilidad y la circulación de millones de personas: docentes, auxiliares, estudiantes y familias. Empieza a caerse a pedazos la mentira de que en la escuela no se producen los contagios, pero lo central sigue siendo desacelerar la movilización diaria de multitudes como fuente de los mismos. La saturación de los transportes públicos, el traslado de docentes y estudiantes de la casa a la escuela, de la escuela a la casa, o de una escuela a otra, constituyen los momentos de mayor riesgo.

Resulta bochornoso que la salud de millones de personas se vea sometida al cálculo egoísta, a la especulación política electorera. Hace un año comenzaron negando la pandemia, luego a manifestarse contra la cuarentena, más tarde se pusieron de punta contra las vacunas; cuando las vacunas comenzaron a llegar, se dedicaron a sembrar la desconfianza hacia las mismas, campaña que no ha cesado y cuya máxima expresión ha sido una denuncia ante la Corte Suprema por presunto intento de “envenenar a la población” (Lilita Carrió). Más tarde se inició la crítica por la escasez de vacunas y por el escaso margen que les ha quedado para privatizarlas y lucrar con la vacunación. Ahora los enemigos públicos de la educación pública, de un gobierno como el porteño, que disponiendo de la mayor renta del país, rebajó el presupuesto educativo, cerró profesorados y escuelas en tanto favorece el negocio de las escuelas privadas,  se rasgan las vestiduras por la suspensión de las clases presenciales por 14 días ocultando la verdadera razón: resguardar la ganancia capitalista a cualquier precio  garantizando que las escuelas funcionen como guarderías.

Al cierre de esta nota los servicios hospitalarios tanto en CABA cuando en AMBA ya se encuentran colapsados y en algunos distritos ya los médicos deben seleccionar a quienes destinarán las exiguas camas de terapia intensiva.

Lxs trabajadorxs de la educación, las asociaciones de padres por un retorno seguro, los estudiantes son ninguneados tanto por los funcionarios cuanto por los medios hegemónicos. Solamente la unidad de todos ellos para hacerse oír es la que puede asegurar una política de cuidado.

https://www.lanacion.com.ar/politica/adriana-puiggros-asesora-alberto-fernandez-no-tiene-nid2571869/

https://www.eldestapeweb.com/sociedad/coronavirus/lancet-advierte-que-abrir-escuelas-puede-acelerar-los-contagios-202141610160?fbclid=IwAR1Y3NJbi4vFL9ZTDNZATIQ7b4o2vGNmmWin86KohBfLqR4lW9QMYeMxP9M

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