Entrevistamos a Graciela Mónica Trassens, profesora de Artística, artista, subsecretaria de Cultura y educación del Suteba Matanza.
Ayllu: ¿Cómo y cuándo surgió tu inclinación a las artes plásticas?
M – Yo vivía con mis padres, con mis abuelos y mis tíos. Y mi abuelo y mi tío dibujaban y yo los veía dibujar. Dibujaban con pluma y dibujaban con lápiz. O sea que para mí fue una cosa natural que la gente dibuje. No le prestaba atención a que esto era arte, simplemente era algo como tejer o coser, que también lo hacían.
A: ¿Qué significa para vos el arte?
M: Para mí el arte significa una manera de contarse uno mismo qué hace, qué quiere, qué sueña, y qué quiere cambiar.
A:¿Dónde estudiaste?
M: Yo estudié ya de grande. Soy primera promoción de la Escuela de Arte Leopoldo Marechal de Isidro Casanova junto a un grupo pequeño de maestras. Primero fui maestra y después profe y no hice un estudio superior porque ya no tenía tiempo. Entre el trabajo y los hijos… En realidad cuando fui a la escuela de arte yo lo hice buscando una salida laboral.
A: ¿Tenés referentes que hayan influido decisivamente en tu formación artística?
M: Como dije los primeros referentes estuvieron en mi casa. Luego participé cuando fui más grande de cierta bohemia. Iba mucho a San Telmo, al Café de los Patios y ahí veía gente que pintaba y tuve la oportunidad de vivir casi un año en un cuartito donde desde mi ventanita veía como los pintores sacaban los cuadros, pintaban, y eso también influyó sobre mí, porque vi que también era una posibilidad hacer esto.
Yo tenía una amiga que vivía en Flores que era un barrio distinto a donde vivía yo, en Mataderos cerca de la villa Ciudad Oculta; y Flores para mí era el lugar de paseo. Un día ella estaba rindiendo materias para recibirse de maestra y me pidió que le hiciera unas cuantas imágenes que necesitaba y yo se las hice. Apareció la madre, que era una señora muy culta y preguntó quién había hecho eso tan lindo. Mi amiga le dijo que yo era la autora. Y la señora dijo: Ah esta chica tiene que ir a Bellas Artes. A mí me daba vergüenza preguntar qué era bellas artes. No tenía la menor idea. Pero esa casa y esa gente fueron una referencia para mí porque a partir de ahí empecé a ver que el mundo era más grande. También viví un año en la Calle de los Patios en San Telmo y ahí veía todo el tiempo gente pintando. Sacaban su atril y pintaban y yo iba y chusmeaba y les preguntaba como hacían y vendían cuadros y todo eso fue como un mundo, un mundo bohemio que descubrí y me encantó. Conocí muchos lugares y en algún momento fui artesana. Hacía pequeños bolsitos que vendía, y tenían un dibujo hecho con pirograbador y fue una experiencia más. Luego viajé, fui a museos y vi muchas cosas diferentes. Eso también me formó.
A: ¿ Qué técnicas son las que preferís en tu práctica de las artes plásticas?
M: Para mí la cuestión del arte tiene que ver con contarse, narrar desde un lugar personal con la impronta que necesito poner en los dibujos y esto tiene que ver con una elaboración que uno piensa de una forma y luego cuando pone manos a la obra, le aparecen otras cosas y yo me dejo llevar porque eso es el arte, es poder tener técnicas pero a su vez dejarse llevar. Por ahí hay una imagen que a uno le guste mucho pero en general, yo creo mis propias imágenes. Es una necesidad.
Si de técnicas hablamos, en realidad me gusta todo. Me gusta mucho el grabado, que es de una factura compleja, me gusta la xilografía pero a eso no me dedico porque necesitaría una cantidad de cosas que no las puedo tener en este momento porque hay que tener un lugar muy amplio y mucho dinero y lo que me gusta hacer a mí es sobre metal y se compra zinc para eso, pero lo dejé de lado por las razones que recién dije. Me gusta hacer collage, me gusta trabajar con tinta china, con pluma, me gusta trabajar con lápices, me gusta pintar con óleo, y todo lo voy haciendo de a poco, según lo que necesite, según lo que me parezca en el momento. A veces uno necesita determinados materiales para expresarse que van acompañando la imagen que uno quiere concluir.
A: ¿Le atribuís al arte capacidad transformadora y autotransformadora?
M: Algo de capacidad hay en los artistas plásticos pero es el deseo de plasmar imágenes lo que lleva a que uno pueda crear. Sí que el arte es transformador y autotransformador. Lo puedo contar con mi vida porque de ser una chica que vivía en Lugano, cerca de Ciudad Oculta, descubrí que tenía otro lugar también y lo fui conquistando.
A:Como docente de muchísima experiencia, que trabaja en barriadas populares muy necesitadas :¿Has podido verificar esa capacidad transformadora del arte en tus alumnxs?
M: Esa capacidad transformadora del arte la he comprobado personalmente con muchísima felicidad, de encontrar una superación en mis alumnos a medida que iban metiéndose con los diferentes temas que yo les proponía y porque siempre personalicé aunque tuviera cuarenta alumnos, uno por uno, para ir acompañando la generación de sus imágenes propias porque la mayoría de los pibes y pibas cuando yo llegaba decían: Uuuy, nosotras no sabemos dibujar profe. Entonces yo les decía que no es un tema de saber, es un tema de aprender, a dibujar se aprende. Entonces yo los iba guiando y cuando ellos lograban una imagen que les resultara satisfactoria, porque se imaginan que no soy el tipo de profesora que les da a los alumnos trabajos del Nº1 al número 10, yo también iba creando e inventando cosas que me parecía para determinados grupos, es una dicha, es una felicidad. Ver que a través de una pincelada y de una imagen, uno se mejora, se vuelve más seguro, y eso les sirve para la vida.
A: ¿Qué rol juegan el arte en general y las artes plásticas en particular en las luchas por la igualdad de género y por la liberación de la mujer y disidencias sexuales?
M: Yo tengo la visión de que no hay un tema especial de la mujer y en general, yo no he vivido entre los artistas actitudes machistas, para nada. Por ejemplo ahora estoy trabajando con un grupo que se llama Casa Tomada y no tengo un elemento que me haya hecho sentir oprimida por alguna actitud machista. Incluso, tuve oportunidad de ingresar en el Museo de la Ciudad para mostrar mi obra, y estuve vendiendo durante un año obra en San Telmo, y éramos todos artistas, no había una segregación de hombres y mujeres.
A: ¿Cómo pensás que se debe defender el derecho a la expresión artística, sean en su práctica cuanto en su disfrute, de la precarización y la mercantilización de la vida propias de esta etapa neoliberal de la humanidad?
M: Decididamente creo que todo aquel que intenta crear, está desafiando al sistema porque tanto la escritura, como la música, como la plástica, son todas acciones liberadoras porque es una forma de sobrepasarlo más allá de lo que dicen que sería bueno hacer porque uno tiene su propia mirada y entonces responde así, con su propia mirada a lo que es el sistema.
Yo soy una soñadora y realmente lo creo que el arte nos va a salvar porque las distintas expresiones del arte llevan ocultas la idea de la liberación.-