por Jorge Oriola- historiador y docente de la UNP,”SJB” sede Esquel
Fuego en varios actos
(Tragedia)
Primer Acto: El combustible y el fuego
Desa hace unos años, la zona cordillerana del Chubut viene sufriendo devastadores incendios forestales y en zonas rurales y el producto es siempre la pérdida de miles de hectáreas de bosques nativos y pasturas naturales, centenares de animales silvestres encerrados entre las implacables lenguas de fuego y a veces, viviendas y familias afectadas, generalmente de las más pobres de la región. Entre otros desastres ecológicos recientes, extensos incendios en Cholila, Epuyén y El Hoyo, dos veces en el Parque Nacional Los Alerces, en zona de Corcovado, en las afueras de Esquel y Trevelin, en el área rural de El Maitén; ahora también en la Comarca Andina del Paralelo 42: El Hoyo, Puelo, Golondrinas y una diferencia: el desastre fue en zonas urbanas y bosques plantados. Hasta hoy, tres muertos y varios internados graves, cerca de 350 viviendas destruidas o altamente afectadas, pérdidas de talleres, huertas, pequeñas industrias, vehículos, dependencias oficiales, destrucción parcial de infraestructura de electricidad, gas de red y agua potable.
Hay dos combustibles básicos: las prolongadas sequías estivales, meses sin lluvias salvo alguna que otra precipitación mínima, acompañadas de vientos y calores intensos, por un lado, y el material seco que conforma el sotobosque: ramas, hojas, troncos caídos. En el caso de los bosques de pinos canadienses plantados para actividades económicas el problema es mayor: los restos del raleo (la “pinocha”) suelen quedar en el suelo, las “piñas” caen diseminadas entre los pinos y eso es un combo muy inflamable.
Difícilmente los fuegos se generen por botellas, vidrios y el efecto lupa con el sol; podría ser el rayo, pero sin tormentas no hay descarga eléctrica. Queda la acción humana: negligencia de excursionistas o trabajadores rurales o la mano intencional e interesada. En este último caso, la pregunta es inexorable: ¿Qué intereses, y de quiénes, movilizan las manos incendiarias?
Segundo acto: ¿Quiénes se benefician de los fuegos?
En la provincia del Chubut, los bosques nativos son públicos y si se encuentran en tierras privadas, los propietarios están obligados a cuidarlos y respetarlos. Claro, si se incendian se pierden porque la mayoría están en las montañas y deben ser apagados por aire, con avionetas que son muy prácticas para maniobrar con vientos y entre cerros, pero cargan y descargan poca cantidad de agua y lleva su tiempo aterrizar para cargar y volver a despegar. El resto del trabajo es de las brigadas contra incendios forestales debidamente equipadas y con vehículos que, generalmente llegan tarde y no dan abasto. Los propietarios pueden declararse inocentes y las tierras, sin bosques, incrementan el potencial negocio inmobiliario posterior.
Otra responsabilidad, según denuncias de organizaciones civiles y movimientos ambientalistas, les cabe a los intereses megamineros, muy activos en la provincia hace unos veinte años. Los mapas muestran la gran cantidad y dispersión de cateos aprobados y áreas asignadas a empresas mineras para la extracción de metales, especialmente oro y plata, que de producirse dejarían las zonas cordillerana y ecotonal (intermedia con la meseta) como un paisaje lunar para nada poético, sumado a los altos riesgos de contaminación ambiental y la desconfianza de las comunidades hacia los controles empresariales y estatales. Satelitalmente se pueden rastrear metales en zonas devastadas por el fuego. Entonces, como dicen detectives de las series y películas de TV: dime quién se beneficia y te puedo decir quiénes son sospechosos.
Tercer acto: Fuego en la comarca; el desastre
Dadas las condiciones arriba mencionadas, sequía, calor, vientos intensos, combustible, el día 10 en muy pocas horas el fuego repentino avanzó desde varios focos y con una velocidad inusitada devoró casas, sectores de barrios carenciados, emprendimientos turísticos, talleres y huertas, bosques de pinos y se extendió hacia la zona rural, cerca de El Maitén, afectando a familias indígenas dedicadas a la crianza de ovinos. Hasta ahora, un muerto en cada uno de estos sectores.
Varias dotaciones de bomberos y brigadas, avionetas, equipos y colaboradores espontáneos no dieron abasto. En pocas horas, un verdadero ecocidio. Lamentable, trágico, terrible, estremecedor, muy triste. Familias enteras absolutamente sin nada; quien no perdió su casa la ve hoy muy deteriorada o perdieron herramientas y fuentes informales de trabajo o sus vehículos. La generalidad, horas son agua potable, gas de red y electricidad, situación que muy lentamente se va arreglando. Solidaridad de centenares de vecinos de toda la región juntan elementos y enviándolos para los pobladores ultra necesitados en la emergencia: la Universidad, las emisoras de radio, sindicatos, iglesias en plena colecta solidaria.
Cuarto acto: Llegada presidencia, aportes, clima político de contexto y agresiones injustificadas
Como se esperaba y debía ser, ante la magnitud del desastre y el dolor colectivo, el Presidente anunció su llegada con ministros, una batería de convenios y mucho dinero a girar para comenzar la reconstrucción de viviendas e infraestructura y coordinar las acciones con los intendentes, además de sobrevolar la zona devastada y escuchar a los vecinos. Esto último no fue posible. La violencia, obviamente inaceptable, de un grupo reducido lo impidió. Este suceso enturbió lo más importante, los recursos ya destinados para los necesitados, y le dio a la derecha provincial y nacional demasiado material para atacar al movimiento del No a la Mina y criticar los estilos presidenciales de llegada a la ciudadanía. Lo primero es inaceptable, lo segundo es discutible, porque esta vez la seguridad presidencial fue débil. Lo peor, Bullrich y Pichetto vuelven a atacar con odio racista a un supuesto grupo terrorista mapuche que hace años es denunciado y nunca resuelto, en una zona de baja demografía y fácil identificación de individuos.
Fernández llega a Chubut en plena crisis provincial: sueldos impagos con dos o tres meses a estatales activos y jubilados, sin atender infraestructuras de servicios y sin programas de reactivación económica productiva, pocos recursos por el bajo precio del petróleo, desprestigio del gobierno de Arcioni pese a haber sido reelecto en inicios del 2019, huelgas y movilizaciones contra la insistencia oficial de imponer la megaminería en la meseta a pesar de la generalizada y visible oposición popular. Fernández y Massa no son ajenos a esto. Hubo y hay ayudas al gobernador para que vaya pagando sueldos, lo sostienen políticamente (al menos hasta anteayer) y el Presidente ha expresado públicamente su apoyo al diseño megaminero en Chubut, lo cual provoca rechazo incluso en amplios sectores del peronismo y el kirchnerismo chubutense, una disociación entre dirigencia y bases que merece ser estudiada.
Además, el gobierno de Arcioni cuenta con el mediático ministro de “seguridad” Massoni, al cual se le acusa de prepotencia, acciones represivas y anuncios contra la comunidad, en particular al movimiento opositor a la megaminería. Agregamos que varias manifestaciones de estatales fueron atacadas por patotas sindicales: camioneros en Trelew, petroleros en Comodoro Rivadavia y este fin de semana gente de la Uocra en la Comarca Andina. El clima político está caliente: el pueblo contra el gobierno provincial, la megaminería detrás de los incendios, la Rosada apoya a Arcioni, la comarca heterogénea políticamente y afectada por la economía previa a la pandemia y por ella misma. Cuando desciende del helicóptero presidencial en Puelo, un centenar de vecinos se expresa contra las extractivas y en defensa del agua e insulta abiertamente al gobernador que se suma a la comitiva en un vehículo de Parques Nacionales. Tras la reunión con intendentes, esa comitiva es insultada y el vehículo golpeado y apedreado.
El ministro provincial acusa a miembros del movimiento anti megaminería, sus militantes acusan a policías infiltrados y a una camioneta Duster que se supo es de la fuerza en la delegación Esquel. Massoni también acusa al intendente de Puelo, políticamente del Frente de Todos, cuando no fue éste quien desvió el vehículo con la comitiva hacia el sector donde había más manifestantes exaltados. ¿Y la incidencia de patotas sindicales del Chubut y sus golpes a manifestantes del NO? ¿Y los miembros de esa camioneta blanca de la policía que huye cuando sus ocupantes son descubiertos fotografiando y algunos dicen que arrojaban piedras? Dentro de la confusión y la agresión hay algo claro: es factible una operación oficial provocadora contra Fernández para culpar al No a la Mina y a los dirigentes mapuches. Nada nuevo bajo el sol.
Quinto acto: No hay telón
La historia continúa y ofrece nuevas pruebas. ¿Y el ministerio de Seguridad Nacional, bastante calmo y silencioso siempre? ¿No hay ningún grupo en la Rosada que haga inteligencia para cuidar al presidente? Una nota en El Cohete a la Luna dice que el Presidente estaba avisado de la animosidad general hacia Arcioni y sugerían que éste no se sume a la comitiva; lo ratifica el intendente de Puelo según Página 12; en un twit, el ministro Wado De Pedro acusa también a Arcioni de ser responsable de la situación agresiva; alguien que iba en esa camioneta habría dicho que los insultos de afuera iban dirigidos al gobernador y no a Fernández y que éste se mostraba furioso con Arcioni. Se habla de un próximo juicio político pero la Legislatura se ha dividido en ocho bloques. A una semana, Arcioni sigue en su cargo y Fernández dejó de mencionar el tema. Como dice un amigo: Si hoy apoyás a los peores, mañana será difícil sacártelos de encima. Jorge Oriola.
Ver video de Alejandro Chaskielberg.