UN PUEBLO, DOS PLAZAS Y EL VODEVIL DEL PRESUPUESTO 2022

Sin renegar de sus identidades políticas las masas hacen su experiencia y sacan sus propias conclusiones.

Un fin de semana (el de 10 y 11/12) con dos plazas de mayo bote a bote constituyen datos relevantes y alentadores en el escenario político argentino porque habla del dinamismo y la disposición de los sectores populares a ganar las calles. Doblemente meritorio en tanto ambos acontecimientos se dan en el marco de una pandemia que intentamos dejar atrás pero cuya peligrosidad no ha desaparecido.

Lo que nos desafía es intentar un análisis serio de las dos plazas, el contenido de cada una, sus expectativas y sus potencialidades. En una lectura muy gruesa, por su contenido, ambas se repelen y diferencian porque la primera se convocó con el objeto de apoyar a un gobierno que va a negociar un acuerdo con el FMI, y la segunda reunió a quienes rechazan cualquier acuerdo con el usurero internacional. Mientras la primera fue un acto oficial de la coalición gobernante, con amplia difusión y recursos del Estado, (entre ellos el pasaje gratuito para quienes quisieran concurrir), con presencia de figuras de la política como Lula, Pepe Mujica, Cristina y el propio presidente, la segunda, carente de los mismos recursos, magramente publicitada, o peor, silenciada,  distó de ser una expresión acotada a la izquierda del FIT-U sino que reflejó el protagonismo de más de un centenar  de organizaciones sociales, de desocupados, culturales, de derechos humanos, ambientalistas, feministas, de comisiones internas, sindicatos antiburocráticos, agrupaciones clasistas, centros de estudiantes, trabajadores de fábricas recuperadas, cooperativas etc. No emergió como un rayo en cielo sereno. Previas a ella se desarrollaron muchas actividades por iniciativa de la Autoconvocatoria contra la deuda externa que reúne a personalidades destacadas como Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas entre otras y a  numerosas entidades sociales y políticas.  

Pero ya adentrándonos en cada una de ellas, si la primera invistió la envoltura celebratoria de 35 años de democracia y 73 años de la sanción de la Declaración Universal de los derechos humanos, sus cánticos de Patria Sí, Colonia no, las expresiones reclamando la libertad de Milagro Salas, y el documento de los organismos de derechos humanos donde expresan su preocupación por la situación social, los asesinatos por gatillo fácil, el crecimiento del negacionismo del terrorismo de estado, indican coincidencias que solo una visión sectaria y estrecha puede desdeñar siempre que se comprenda la necesidad de la unidad más amplia para enfrentar la próxima etapa. Por cierto, otro elemento que se presta a la correspondiente lectura política es la ausencia de la CGT.

Los medios se han explayado lo suficiente sobre los discursos de los invitados: Lula, Pepe Mujica y el “acting” de diálogo público entre Cristina y Alberto. Pero ninguna envoltura épica ni latinoamericanista alcanza para ocultar que cualquier negociación con el FMI implica ajuste y subsecuentemente, represión. Nadie después de la larga experiencia de nuestro pueblo con el FMI puede creer que “el ajuste en la Argentina ya es historia” como lo afirmó el presidente en su discurso el 10 de diciembre. Precisamente el ajuste es la realidad de millones de compatriotas. Más de 22 millones viven en la pobreza, de ellos 7 millones de niños y niñas. El salario real es el más bajo de los últimos 15 años. La desocupación afecta a 1,5 millones sobre una población económicamente activa de 13 millones. Casi tres millones trabajan en negro. El ministro Kulfas reconoció que uno de cada dos desempleados es menor de 30 años.

De acuerdo con un relevamiento de la consultora Focus Market, entre agosto de 2019 y el mismo mes de este año hubo aumentos del 100% en las jubilaciones y del 99% en el Salario Mínimo, Vital y Móvil, en tanto el precio del arroz subió en el mismo lapso un 254%. De la comparación se desprende que en la actualidad una jubilación alcanza para comprar 43,5% menos de arroz que hace dos años. 

Otros productos que componen la canasta básica y que registraron en los últimos 24 meses incrementos desorbitantes en sus precios fueron el asado (194%), los aceites (192%), el tomate (189%), la carne picada (180%) y la nalga (179%).  (1)

Es a la luz de estos datos donde se hace más aguda la tensión entre las dos plazas. Una plaza donde a pesar de la estafa evidente que constituye la deuda contraída por Macri, el gobierno se apresta a negociar con los estafadores del FMI. Que prestaron violando su propio estatuto, no por razones económicas sino por razones políticas originadas en el propósito de Estados Unidos de mantener a su aliado sudamericano en el poder. Donde quedó en el olvido la promesa electoral de Fernández en 2019  de investigar la legitimidad de la deuda, y se descarta cualquier otra alternativa que no sea la de pagar, en nombre del pragmatismo y del realismo político. Y otra plaza que rechaza esa fórmula y anticipa la voluntad de resistir y luchar.

Los cantos de sirena que bajan del oficialismo, superan la imaginación más calenturienta. Necesitamos crecer para poder pagar. ¿A costa de quién se daría ese hipotético crecimiento? Porque sin responder a estas preguntas no se puede abordar el siguiente problema: la aprobación del presupuesto 2022.

Un acuerdo de facilidades extendidas

Este tipo de acuerdo es el que negocia el ministro Guzmán con el FMI. Las “facilidades” consisten sólo en la extensión de los plazos, que va desde los 3 a los 10 años. Pero como contracara, el máximo organismo financiero exige la ejecución de lo que denomina “reformas estructurales para corregir deficiencias institucionales o económicas, además de las políticas que mantienen la estabilidad macroeconómica”. Estamos hablando de entrada, de la reforma laboral, la reforma previsional y una reforma tributaria. (2)

El presupuesto 2022 que presentó Guzmán y recogió el rechazo parlamentario tanto por derecha como por izquierda, buscó adecuarse a las posibles exigencias del FMI. Para ello dibuja un muy optimista índice de inflación del 33 por ciento que de arranque le servirá para establecer un techo en las próximas paritarias y al mismo tiempo recortar los gastos sociales en salud, educación y vivienda. Ello es evidente en la transferencia de recursos a las Universidades públicas pero también se traducirá en recortes a los recursos del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.

Como bien señala Mariano Feliz: “Lo que sucede en Chubut no es independiente de la discusión en Buenos Aires. El intento de avanzar con más megaminería contaminante se hizo porque “Alberto lo pidió”, como señaló el diputado provincial Carlos Tomás Eliceche y corrobora el impulso presidencial al Plan Estratégico para el Desarrollo Minero” (PEDMA). Esa avanzada es ni más ni menos que la contracara de la discusión con el FMI.

En la estrategia de los sectores dominantes, los dólares del saqueo serán imprescindibles para garantizar la sostenibilidad de la deuda. Pero no alcanza con eso. El ajuste fiscal es esencial para consolidar la matriz distributiva que garantice la sustentabilidad de la deuda a costa de la insustentabilidad de la vida. En los últimos años se fortalece un nuevo patrón de acumulación con crecimiento débil sin inclusión social (salarios deprimidos y empleo hiperprecario), con base en el extractivismo transnacional y apoyo estatal”. (3)

Digamos de paso que el contenido de este presupuesto no concitó el entusiasmo ni la excitación del oficialismo que sin embargo llamó a votarlo como un deber patriótico. Nunca sabremos a ciencia cierta si el exabrupto de Máximo Kirchner tuvo la finalidad de hacerlo caer. Pero tampoco nos parece relevante.

 Poco es lo que se conoce sobre el mentado plan plurianual, que el gobierno espera consensuar con la oposición para presentarlo en las negociaciones con el FMI. Pero de última, lo que se trata de ocultar es que tanto oficialismo como oposición de derecha por muchas chicanas e improperios que se propinen, comparten la voluntad de pagar ajustando a los de abajo, aunque no se ponen de acuerdo en el tamaño del ajuste.

Al cierre de esta nota, el gobierno oblaba 1900 millones de dólares al FMI para cubrir el segundo vencimiento del capital del préstamo stand by a Macri y casi en simultáneo ese organismo emitía un comunicado fuertemente crítico para el gobierno anterior, pero sin hacerse la mínima autocrítica. Comunicado de inocuas consecuencias para la negociación.

Qué pasaría si no pagamos

Como en la saga de El eternauta, donde la glándula implantada en el cerebro de los ellos cada vez que aparece la idea de escapar, segrega terror; el miedo nos asalta cada vez que aparece la pregunta de qué pasaría si no pagamos. Veamos uno por uno los argumentos de los propaladores del pánico.

  1. No accederíamos al crédito.

Hoy nadie accede al crédito porque están cerradas en el mundo esas líneas a partir de la pandemia y de su aparente instalación por mucho tiempo.

  • Nadie nos va a comprar y por tanto caería nuestra balanza de pagos y el acceso a los dólares que nos faltan.

Falso. La Argentina tiene primarizada su economía y eso no es bueno pero en esta instancia es determinante: lo que vendemos es imprescindible para muchísimos países que no pueden prescindir de esos insumos.

  • Necesitamos dólares para poder pagar.

Esa es una opción que diversifica la respuesta. La primera es para qué: porque si es para pagar la deuda que primero repatrien los fondos fugados como deslizó la propia CFK. Y la otra es la prioridad: la deuda social es de impostergable solución y por tanto los dólares que conseguimos con la exportación debe destinarse a ese rubro. Por último, en cualquier caso se postula: suspensión, investigación y causa penal pero como un acto soberano. No esperar al fracaso de las negociaciones para que el default lo decreten los estafadores.

Resistir y vencer

El escenario más probable que nos aguarda es el de cogobierno entre los partidos mayoritarios y el FMI que dispondrá de oficinas permanentes en el Banco Central y en los ministerios a fin de controlar los gastos de cada centavo de dólar. Frente al mismo, desde las usinas del oficialismo, desde sus medios propagandísticos el mensaje es de tengan confianza, tengamos la fiesta en paz etc.  “Con toda seguridad, plantados hace 38 años; y bastante menos también; e incluso de sólo registrar que al estallido y recuperación del 2001 ya le sigue una generación en gran medida desanimada, sin expectativas o, peor, sumida en el individualismo extremo y con peligro de entregarse a esos neofascistas de mercado, llamar a la resistencia no es el balance más positivo que podía imaginarse” escribía el comunicador Eduardo Aliverti. (4)

Cuando el mencionado escribió esa columna aún no había estallado el pueblo de Chubut contra los intentos del gobierno de Arcioni (respaldado de forma más o menos vergonzante por el gobierno nacional) de dar sustento legal al saqueo minero de la Patagonia. Rebelión que desmiente la idea de una generación en gran medida desanimada, sin expectativas etc pero no desmiente los esfuerzos por aplacarla o adormecerla con cantos de sirena.

Las conmemoraciones en todo el país de la pueblada del 20 de diciembre de 2001 con importantes movilizaciones, revelan que la memoria popular puede estar mellada pero sigue viva. Porque si es verdad que “cualquier exceso de pulcritud ideológica que sólo integre a los militantes inmaculados (las “almas bellas”) se torna imperdonable” (5) la forma de enfrentar las tendencias más reaccionarias, para evitar la dispersión, no es la de seguir de modo pasivo a una dirección probadamente vacilante y conciliadora, sino forjar el frente único con todos los afectados por el saqueo neoliberal detrás de un proyecto claramente superador.Lo cual implica realineamientos de fuerzas sociales y políticas, donde no prime el purismo ideológico pero tampoco la promiscuidad con las clases enemigas. Más de cinco millones no concurrieron a votar en las PASO ni al oficialismo ni a la derecha. Son los desencantados por las promesas incumplidas. Y ese voto no lo recuperó el gobierno en noviembre. Sin renegar de sus identidades políticas esas masas hacen su experiencia y sacan sus propias conclusiones. Hay que estar preparados para una crisis política que las urnas no pueden seguir conteniendo y ha de zanjarse en las calles.    

Fuentes consultadas

3)https://tramas.ar/2021/12/21/mi-presupuesto-es-un-dibujo-alberto-y-guzman-sin-presupuesto-pero-con-el-fmi/?fbclid=IwAR1vsgq-M3wo_Xde-L3qSwLGlpWbH2vUxmClXelSfUIZLFtVvfzFuP9Rz1I

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