El periodismo, ¿una especie en extinción?
La revolución tecnológica ha operado drásticos cambios en la vida social y en los medios de comunicación masiva. La información, factor fundamental para formarnos una opinión sobre la realidad y ejercer ciudadanía, se ha convertido hace mucho, en mercancía monopolizada por unas cuantas cadenas informativas, es decir, empresas con intereses propios muy distantes de una imaginaria objetividad. Por otro lado, las redes sociales favorecen la circulación de todo tipo de informaciones en tiempo real. Pero ese flujo informativo en contadas ocasiones tiene relación con la verdad. La disputa por el sentido está a la orden del día. El periodismo tal como lo hemos conocido desde sus orígenes parece hoy una especie en extinción. Uno observa que los así llamados periodistas que pululan por los medios audiovisuales poco informan, mucho reproducen y la autorreferencialidad, el vedetismo y la disputa por rating ocupan el centro de la escena.
Sin embargo, en las fisuras del enorme edificio mediático construido por el poder, se filtran como la gota que horada la piedra, como la mancha de humedad que va minando los muros más sólidos, otras voces, otras miradas, otros acentos. Son las voces, miradas y acentos del periodismo comprometido con la realidad, el que apela al razonamiento y al pensamiento crítico, el que chequea, el que se arriesga intelectual y físicamente en la búsqueda de la verdad. El que rescata la información como derecho de los pueblos y no como objeto de consumo.
En la larga lista de los mártires anotamos el nombre de Shireen Abu Akleh, periodista palestina de la agencia Al Jazeera asesinada en mayo de este año cuando cubría una incursión del ejército israelí en el campo de refugiados palestinos de Yenin. Colegas suyos calificaron su muerte de verdadera ejecución, ya que ella portaba un chaleco que la identificaba como personal de prensa. “Mi preocupación ha sido y será siempre la historia humana y el sufrimiento diario de mi pueblo bajo la ocupación” había expresado en una entrevista que le realizaran hacía solo seis meses (1).
A pocos días del funeral de Shireen Abu Akleh (2), otra periodista palestina, Ghofran Warasnah, de 31 años, fue abatida por los soldados israelíes cerca del campo de refugiados de Al-Aroub, al norte de Hebrón. Según el Tsahal (Ejército de Israel), llevaba un cuchillo en las manos e intentaba avanzar hacia un soldado que estaba en un puesto de control.
Shireen Abu Akleh
En tanto, el ciberactivista australiano, fundador de Wikileaks, Julian Assange que cumple prisión en el Reino Unido afronta la decisión de ser extraditado a Estados Unidos, cuyo gobierno lo acusa de revelar secretos que pondrían en riesgo la seguridad del estado. Por cierto, Assange ha desclasificado documentación secreta de Estados Unidos y su delito habría sido revelar al mundo los crímenes de guerra cometidos por la mayor potencia del planeta contra los pueblos de Iraq y Afganistán y las diarias violaciones de los derechos humanos perpetradas en la prisión de Guantánamo. Si la extradición tuviera lugar, el ciberactivista podría enfrentar una sentencia de 175 años de prisión en Estados Unidos. El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel ha expresado: Permitir la extradición de Julian representa una amenaza para la libertad de prensa y una seria advertencia para quienes cuestionan las políticas represivas y las violaciones de los derechos humanos que comete Estados Unidos. De hecho, la decisión de la “justicia” británica de conceder la extradición supone una tácita condena a muerte de Assange, quien durante estos años de cautiverio ha visto resentirse su salud. Desde Ayllu consideramos un deber elemental de todas las personas democráticas del mundo exigir su libertad.
Mucho podría agregarse sobre la importancia de la fecha. En nuestro caso, como argentinos, no podemos dejar de recordar al secretario de la Primera Junta de gobierno patrio, fundador de la Gaceta de Buenos Aires don Mariano Moreno: Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía.”
Nuestro homenaje a los y las periodistas que han resuelto ponerse decididamente del lado de los débiles y los oprimidos y dar testimonio de su tiempo.