El sionismo está desesperado. Su aparente “triunfo” militar es relativo, porque la derrota política es irreversible. La DAIA, la expresión más rancia del sionismo en Nuestraamérica es un fiel reflejo de esa conclusión. La fragilidad de sus argumentos es notoria. Pretender que el genocidio cometido es compatible con el ejercicio de la autodefensa de su estado ocupante es un delirio. Retrata con inusitada transparencia el carácter que le asigna a la derrota. No puede haber defensa cuando se es ocupante ilegítimo y agresor sempiterno del Pueblo Palestino. La historia no empezó hace un año. Hace un año hubo una acción de resistencia que podemos juzgar sin demonizar a quienes resisten. En términos “religiosos” hay un sólo demonio y hace 80 años que se viste de cordero. Esa es la convicción que como reguero se extendió por todo el mundo y constituye la verdadera derrota estratégica de la DAIA y sus mandantes. El mundo les picó el boleto señores: no tienen derecho alguno sobre el Pueblo Palestino ni representan a los judíos. Son una organización política que detenta el gobierno genocida de su ficción jurídica llamada “estado de Israel”. Les duele que eso sea una convicción universal. Se les cayó la base de sustentación del engaño. Lo mismo le pasaba a los nazis. Es el sionismo quien ofende a las víctimas del Holocausto.
Es cierto que Francisco habla ahora, después del trabajo sucio sobre Palestina y el que llevan contra El Líbano. Debió hablar o mejor, HACER algo antes para evitar el infanticidio, el etnocidio, el genocidio. Pero más vale tarde que nunca ( acaso sirva para frenar los ataques en El Líbano). Le reafirmamos al propio Papa -por las dudas- que estamos ante la más grave agresión sobre población civil indefensa en lo que va del siglo y de su mandato. La DAIA junta un montón de palabras para contrarrestarlas. A quién le puede importar si la palabra de la DAIA ha quedado devaluada por los crímenes que ampara? Esa es la cuestión que interesa. Porque la colonización de los medios y de las instituciones es casi absoluta y es ahí dónde no pueden ceder. Una cosa es la derrota y otra asumirla. Por eso tienen una oficina en Tribunales y coreutas vestidos de periodistas o funcionarios. Van por todo y por la fuerza. Lo conseguirán? Veremos.
Por ahora no pueden salir ni a un partido de fútbol. Cómo lo demuestran las multitudes que en todo el mundo claman en favor de Palestina, la derrota estratégica del sionismo es irreversible. Ismael Jalil.