de Claudia Rodríguez Paoletti
La memoria donde ardía
Fue por Facebook – a veces maravillosa y otras abominable- que Claudia me localizó para recordarme que habíamos sido compañeros en una escuela de Lafe hace cuarenta años. Que días antes, revisando su biblioteca, al abrir un libro, desde el interior del mismo cayó otro más pequeño: Cazador de estrellas. El libro tenía dedicatoria del autor, este servidor. El hecho casual coincidía con la publicación este año, de Dedo Índice, libro de relatos de la vida cotidiana bajo la última dictadura cívico militar, donde me nombra.
Contra lo que ella quizá suponía, yo la recordaba perfectamente porque era la más jovencita de la planta docente de la escuela y además porque 1982 fue el año que vivimos intensamente por la guerra de Malvinas, pero también por el ocaso de la dictadura y por el ascenso de la movilización popular que retomaba el curso iniciado por la huelga de la CGT del 30 de marzo. Yo era maestro de 7° en el turno mañana y me aprestaba a publicar mi primer libro: Cazador de estrellas en Botella al mar, la ya mítica editorial de poesía de mi amigo y maestro, el muy gallego y republicano combatiente, don Arturo Cuadrado.
El reencuentro con Claudia en el Tokio de San Justo, fue un verdadero regalo de la vida como debe serlo para todos los que por encima de toda otra consideración valoramos las relaciones humanas, nos sentimos revivir cada vez que recuperamos afectos y el calor de los seres y las cosas que amamos.
Dedo índice y otros relatos
¿Qué es Dedo Índice? “es el que señala, indica, acusa, marca. (…) Dedos que pertenecieron a diversas manos, que a su vez aparecían por debajo de diferentes mangas: desde una sotana, un uniforme verde-oliva, un mameluco, un guardapolvo blanco bien planchado, una camisa con gemelos, un tapado raído para hacer los mandados”. Como bien lo señala Claudia: “Estos relatos intentan recuperar un clima de época desde la vida cotidiana de quienes habitamos espacios barriales en donde pasaban cosas raras que se disimulaban, se travestían, se callaban, por si las moscas. Y vaya si lo logra. Dedo Índice es un libro indispensable en la batalla por memoria, verdad y justicia, precisamente cuando la ofensiva neoliberal de lo que podemos calificar como fascismo de mercado, pretende desmerecer el concepto mismo de Derechos humanos, con calificativos como curro, o echando un manto de duda sobre los 30 mil detenidos desaparecidos. Se trata sin duda de una batalla que se da en todos los terrenos y aúna a todos los elementos residuales de la dictadura. Grande es el desafío para Claudia si tomamos en cuenta que esa trágica etapa de la historia argentina ya ha sido abordada por plumas brillantes de escritores, periodistas, historiadores etc. Alguien podría preguntarse qué queda por decir. Y de pronto irrumpe lo distinto del recorrido de Dedo Índice que es descubrir de la mano de la autora “cuántas redes de contención se entramaron desde el subsuelo para mitigar en algo tanto espanto. Ahí radica el sentido que pretenden mostrar estas historias”. Con la humildad y la perseverancia de la hormiguita viajera, Claudia va reuniendo testimonios orales, fotografías, recortes de periódicos y revistas, instructivos como el publicado por el Ministerio de Educación del gobierno de facto, para saber detectar a los “maestros subversivos”, cartas, poemas etc. Todo ese material va sustentando cada anécdota, cada evocación donde es posible hasta poder recuperar sabores, olores, decires y sentires de aquellos difíciles tiempos poniendo el foco en el barrio, en la escuela y en la familia donde a pesar de todo se urdían las solidaridades, los silencios y las voces necesarios para salvar vidas y aliviar pesares.
El dedo índice señala lacras que después de cuarenta años no se han logrado remover del todo, a pesar de tantos años de democracia. Así en el capítulo: Aguafuertes laferrerenses (Recuerdos tatuados en la piel) relata: “…una mañana, no recuerdo cuando, Daniel y Dante nos fueron haciendo gestos para acercarnos “a sus puestos”. Las aguas servidas salían por las rejillas formando un hilo espeso y maloliente que comenzaba a atravesar el patio.
-Algo tenemos que hacer- dijo Dante, que era un maestro que militaba en una agrupación llamada El Compás.
Yo lo miraba, lo escuchaba y esperaba que algunos compañeros con más experiencia agregaran algo. Silencio total.
- Y… no sé -dije con un poco de vergüenza- ¿Y si llamamos a las familias?- pregunté.
- Esa es buena, pero va a tener que ser fuera del horario y en la calle- dijo Daniel.
Mientras tanto íbamos rotando en la charla para no llamar la atención y mirar a los pibes, que corrían en ese patio, largo, frio, sin reparo y sin amparo”.
Me quedo intrigado. ¿Pudimos hacer algo puntualmente por ese tema? De lo que no tengo duda es de las cosas que haríamos en los siguientes cuarenta años de lucha sindical, con docentes y comunidades, por escuelas dignas para los pibes.
Dedo Índice y otros relatos, es un libro vivo, bello, esperanzador. Ojalá nuestra patria no vuelva a pasar por tan amargas circunstancias pero por si las moscas este libro nos recuerda las enormes reservas de nuestro pueblo, señala con su índice, sus fortalezas, su espíritu de resistencia, su invariable esperanza. Gracias Claudia.
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Claudia Rodríguez Paoletti (1961) es profesora de enseñanza primaria, ha coordinado talleres de formación docente, se ha desempeñado también como periodista, asesora pedagógica, profesora de Historia en el Instituto Superior de Profesorado Joaquín V. G y es autora de materiales pedagógico didácticos. Presentará Dedo Indice y otros relatos el 21 de septiembre del corriente en lugar y horario a designar.
