“TERRORISMO, NARCOTRÁFICO Y FONDOS RESERVADOS

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En tiempos pretéritos se denominaba “mala bebida” a la falta de control en la ingesta de alcohol. Este mal, que podría adjudicarse preferentemente a la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, pareciera haber contagiado a todo el elenco gobernante. A raíz del rechazo de la Cámara de Diputados a la entrega de fondos reservados a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) de $100 mil millones la inefable ministra tuiteó: “Amenazas narco, narcoterrorismo en Rosario, amenazas al Presidente de la Nación, un país que sufrió dos atentados… y una SIDE desmantelada. El DNU de fondos para la SIDE es para cuidar a los argentinos. Los diputados que votaron junto al kirchnerismo su rechazo, eligieron ponerse del lado de las mafias, los narcos y el terrorismo. ¡Ahora deberán hacerse cargo!”

Esta pieza de cinismo no tiene desperdicio. Si algo demuestran estos ocho meses de gobierno de los hermanos Milei es que el mismo ha hecho de todo menos “cuidar a los argentinos”. El ministerio de Capital Inhumano que encabeza Petovello, continúa su perversa resistencia a entregar los alimentos que, contra las reiteradas intimaciones de la justicia, guarda en sus depósitos, vencidos o por vencer, y ahora, según nos enteramos, meados por los gatos. Tarifazos en los servicios públicos, trepada del precio del transporte y supresión del subsidio correspondiente, que obligará a muchos trabajadores a elegir entre ir a trabajar para pagarse el transporte o abandonar su empleo. Despidos y salarios por debajo de la línea de la pobreza, supresión de la entrega de medicamentos y tratamientos a jubilados y pacientes terminales, según UNICEF un millón y medio de niños que se van a la cama sin cenar, aumento dramático de la cantidad de personas en situación de calle etc. conforman un cuadro social inédito en el país desde la recuperación democrática en 1983.

El hambre es, con todo, la principal herramienta represiva contra el pueblo. Mucho más económica y devastadora en todos los campos, que la parafernalia de armamento exhibida por la ministra ante cada protesta popular. ¿Exageramos si calificamos este ajustazo de terrorismo económico contra el pueblo?  ¿Tal vez, la expresión “cuidar a los argentinos” se refiere a un círculo reducido de los mismos, los llamados “argentinos de bien”?

Lo dicho, sin perjuicio de los proyectos del Ejecutivo para involucrar a las Fuerzas Armadas en las cuestiones de seguridad interior, de la incorporación que el ministro de Defensa Petri tendría que explicar, de un integrante de la embajada yanqui a su ministerio, Gustavo Víctor Santiago, como director de ciberseguridad en Defensa. No resulta casual cuando el Ministerio de Seguridad, ha habilitado oficialmente a las fuerzas federales a realizar tareas de ciberpatrullaje “en sitios web de acceso público y fuentes digitales abiertas”.

Porque si de cuidar a los argentinos y detener el accionar criminal del narcotráfico se trata, cualquiera sabe que el último avanza como un cuchillo en la manteca allí donde el Estado abandona a su suerte a la población ante las penurias económicas y sociales. Basta mirar Colombia y Ecuador, donde las bandas criminales pasan a gobernar los territorios y a ocuparse incluso de financiar la construcción de escuelas y hospitales o gestionar políticas de asistencia a los más vulnerables.

El gobierno de los hermanitos Milei acumula escándalos y peleas por doquier, como los originados en la visita de un grupo de diputados de LLA a los genocidas de la última dictadura alojados en el penal de Ezeiza. Donde lo más grave no es la foto y la merienda que compartieron con ellos, sino la revelación de un plan para lograr su excarcelación. Como derivación del oscuro asunto, del cual han dejado huella de los dedos sucios tanto el jefe del bloque oficialista Martín Menem cuanto la propia ministra de Seguridad, y del que nadie quiere hacerse cargo, la pelea entre los diputados desembocó en la expulsión de una de ellas, Lourdes Arrieta, por orden de Karina Milei. Así mismo la puja descarnada y encarnizada entre Milei y Macri que le reclama cargos claves en el actual gobierno. El último no ha trepidado en exhibir sus músculos haciendo votar a su bloque del PRO en el Senado la movilidad jubilatoria que fue aprobada por 61 votos a 8, para al día siguiente, apoyar el inminente veto del presidente.

La pregunta que cualquier lector o lectora avisados se hace, es por qué un gobierno con tantos agujeros y debilidades, con una desembozada y sórdida disputa de poder entre el desquiciado y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, al que se agregan dos derrotas parlamentarias en una semana, sigue sosteniéndose. Y si se van descartando como en un diagnóstico médico las distintas posibilidades lo que aparece con prístina claridad es que el mismo no podría continuar avanzando, como lo hace, sobre los derechos de nuestro pueblo, sin el consentimiento más o menos vergonzante de una parte de la llamada oposición y de las centrales sindicales que negocian por debajo de la mesa conquistas históricas.

Si como bien se ha dicho, “solo el pueblo salvará al pueblo”, sin la intervención activa de los de abajo, los de arriba no caen por su propio peso y el de sus errores. Los hechos son obstinados. Hay que observar atentamente los vaivenes y vicisitudes en las alturas del poder, pero solo para pensar y actuar de manera autónoma y organizada ¿Se prepara un realineamiento de fuerzas de “extremo centro” por medio de una coalición que reúna a peronistas tipo Pichetto y Moreno, nacionalistas de Villarruel, radicales tipo Lousteau,  PRO etc?  Que no nos lleven nuevamente al pantano de unas elecciones de medio término que constituirían una emboscada más si se dieran en un contexto de pasividad popular, sin la comprensión cabal de la estrategia del enemigo (1) y sin un programa mínimo opuesto al ajuste y a la entrega del país a los monopolios.

  • La aparición masiva de las redes sociales, dice la experta británico-ecuatoriana Sally Burch, han revolucionado nuestras sociedades, pero también han causado preocupación porque, al no estar reguladas, son aprovechadas para la desinformación, la imposición de imaginarios colectivos con la difusión de información falsa, creando realidades virtuales lejanas a las realidades reales, la apropiación de datos personales para fines comerciales y/o de manipulación política e, incluso, para conculcar la intimidad de los ciudadanos, invadiendo sus espacios de trabajo, educación, ocio e incluso de socialización”. (La guerra de quinta generación- (Redacción de La Tinta)  https://latinta.com.ar/2018/09/04/guerra-quinta-generacion/
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