Arthur González- Reproducido de Razones de Cuba
Ayllu, comprometido con la veracidad de la información se propone hacer llegar a lxs lectorxs distintas miradas sobre la situación cubana que ayuden a comprender la misma. No negaremos las dificultades y problemas internos que atraviesa la patria de Martí a causa principalmente del bloqueo que lleva 60 años. Lo que no haremos es ocultar la política de agresión permanente que lleva adelante su vecino del norte.
Cualquier historiador puede comprender que la CIA es quien está detrás de las protestas del 11 de noviembre del 2020 y el 11 de julio del 2021, porque sus planes así lo evidencian.
Desde la década de los años 80 del siglo XX, los Servicios Especiales yanquis reforzaron su escalada contra Cuba, en correspondencia con la estrategia subversiva desplegada por la ultra derecha conservadora, en el conocido Programa Democracia, de Ronald Reagan, donde definieron las opciones políticas y de inteligencia contra el campo socialista europeo y la Revolución cubana.
Para “asistir al desarrollo de las instituciones, procedimientos y valores democráticos en otros países, a través del apoyo financiero de proyectos dirigidos a expandir la libertad económica y política en estos”, el 18 de noviembre de 1983, surge la Fundación Nacional para la Democracia, NED, aprobada por ley del Congreso, con un presupuesto inicial de 31,3 millones de dólares. Dichos fondos insertados en la ley presupuestaria del Departamento de Estado.
Realmente la NED es un proyecto que da continuidad a las acciones secretas de la CIA, específicamente las denominadas operaciones de acción política, reconocido por Allen Weinstein, historiador y su primer presidente, quien declaró: “Mucho de lo que hoy hacemos, hace 25 años lo hacía la CIAde manera encubierta”.
Sus programas contra Cuba van dirigidos a la sociedad, para conformar una oposición a través de la influencia ideológica, basada en campañas de prensa fabricadas, cursos de preparación y el trabajo sobre la juventud, financiados con millones de dólares.
En 1995 Clinton aprueba el primer plan de la USAID para Cuba, con la asignación de altas sumas de dólares para erosionar la sociedad desde adentro, principalmente a través de campañas de prensa y con grupos contrarrevolucionarios internos que no lograron un solo objetivo, a pesar de que desde 1996 hasta el 2020, el Programa Cuba de la USAID, como pantalla de la CIA, gastó cerca de 400 millones de dólares.
Paralelamente, en 1996 intentan trabajar la mente de los cubanos mediante el uso de internet, prohibida en Cuba por las leyes yanquis, que no permitían el uso de los cables submarinos que pasan cerca de las costas de la Isla, ni sus satélites, sin escuchar las recomendaciones de la RAND Corporation, del Instituto de Investigaciones para la Defensa Nacional de Estados Unidos, que en su trabajo titulado: “Las telecomunicaciones cubanas, las redes de computación y sus implicaciones en la política de Estados Unidos”, afirman que “su introducción en la Isla permitiría ayudar a la apertura de Cuba y forzar el surgimiento de una sociedad civil independiente”.
Entre los años 2004 y 2006, la USAID repartió cerca de 35 millones dólares para proyectos subversivos contra Cuba, muchos de ellos vinculados directamente al tema de la informática y las comunicaciones, y en marzo del 2005 Roger Noriega, Subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, aseveró en una audiencia congresional, que se habían flexibilizado los requisitos de las licencias para que, por primera vez, pudiera ser entregadas computadoras personales de alta velocidad a grupos de la sociedad civil en Cuba.
El senador Marco Rubio, durante un evento celebrado en 2012 por la Fundación Heritage de Estados Unidos y Googles Ideas, en el cual recomendaron la creación de una red WIFI remota para posibilitar el acceso a Internet de los cubanos, apuntó:
“El sistema totalitario cubano podría derrumbarse, si todos los cubanos tuvieran libre acceso a Internet, pues Cuba seguiría la misma suerte de aquellos países que pasaron la Primavera Árabe”.
Ante ese panorama tan añorado por la CIA, el 13 de junio del 2013 el Departamento de Estado anunció varios proyectos para promover la “democracia y los derechos humanos” en Cuba, uno de ellos con el uso de herramientas digitales “para ser utilizadas de forma selectiva y segura por la población civil cubana, junto con otra iniciativa para el fomento de igualdad y defensa de las redes sociales de los cubanos de raza negra”.
En esa línea de acción nace el programa “Zunzuneo”, con el interés de “ayudar a empoderar a los cubanos, a fin de que puedan acceder a más información y para fortalecer a la sociedad”, según reconoció Jim Carney, portavoz de la Casa Blanca. En el mismo se conformaba un Twitter, para enviar mensajes a los jóvenes a través de las redes sociales y otros mecanismos digitales, con la pretensión de exhortarlos a movilizarse contra el gobierno cubano.
Para establecer contactos con los estudiantes universitarios cubanos, utilizaron como pretexto, la impartición de talleres sobre la importancia del uso del condón para prevenir el VIH-SIDA y entregaron de forma gratuita, teléfonos celulares, memorias USB, laptops, discos externos y dinero, para que tuvieran acceso a la recepción y envío de los twists. Los gastos del Programa “Zunzuneo” ascendieron a 1,6 millones de dólares.
Además, el Departamento de Estado proporcionó 2,8 millones de dólares a un equipo de hackers y activistas comunitarios especialistas en programación de software, para desarrollar un sistema de redes que permitiera comunicarse por Internet, sin interferencias de los gobiernos.
Esa red inalámbrica no estaba conectada a Internet y fue probada con éxito en el 2011, en la ciudad Sayada, en Túnez. Así estimularon las revueltas populares causantes del derrocamiento del presidente Zine Al-Abidin Ben Ali.
Matt Herrick, portavoz de la USAID, reconoció que esa agencia entregó una subvención, por tres años, a la New America Foundation, ascendente a 4,3 millones, para hacer la plataforma disponible en Cuba.
El software diseñado fue denominado “Conmotion”, y consiste en una amplia conexión inalámbrica WIFI, sin autorización ni pagos por los servicios, a empresas de telecomunicaciones cubanas, para evadir su control.
No hay casualidades en las acciones contra Cuba, después del 11 de julio 2021, el Departamento del Tesoro alentó a personas y empresas bajo jurisdicción estadounidense, a que actúen para proporcionar servicios de telecomunicaciones e internet en Cuba, por ser una de las prioridades de la Casa Blanca tras las protestas en la Isla y detalló las excepciones al bloqueo a Cuba y otros permisos que autorizan a los ciudadanos estadounidenses y otras personas bajo jurisdicción del país, a tomar medidas para ampliar el acceso a internet en la Isla, sin temor a ser sancionados, según dijo Andrea Gacki, directora de la Oficina del Tesoro para el Control de Activos Extranjeros, OFAC.
En total injerencia en los asuntos cubanos y una cuasi declaración de guerra cibernética, añadió: “La OFAC alienta a quienes estén interesados en proporcionar esa asistencia al pueblo cubano, para que se beneficien de las excepciones y permisos contemplados bajo las leyes estadounidenses”.
Los permisos incluyen: Conexión a internet, datos, teléfonos, telégrafos, radio, televisión, servicios de agencias de noticias y otros similares, sea cual sea el medio de transmisión, incluido vía satélite. También permiten a quienes proporcionen esos servicios, establecer y mantener una presencia física en Cuba, para llevar a cabo ese tipo de transacciones, y autorizan a los estadounidenses ejecutar cursos educativos vía internet para un público cubano; proporcionar a usuarios cubanos ciertos servicios de software, como aplicaciones de celular, y otros como el correo electrónico u otras plataformas de mensajería, las redes sociales, el VOiP (voz por internet), el almacenaje de páginas web y el registro de nombres de dominio de portales de internet.
Parece que esta administración olvidó que, por acciones similares, fue detenido y condenado en Cuba, el ciudadano Allan Gross.
El 11 de agosto 2021 el Senado de Estados Unidos aprobó una enmienda, presentada por los senadores republicanos por Florida, Marco Rubio y Rick Scott, que pide al régimen de Joe Biden, “facilitar el acceso libre a internet en Cuba, con la creación de un fondo que facilite este servicio “abierto y sin censura”.
Cuba y sus hijos honrados no permitirán que se ultraje su soberanía, porque como dijera José Martí:
“Si hay algo sagrado en cuanto alumbra el sol, son los intereses patrios”.
El Senado de Estados Unidos aprobó precisamente este miércoles una enmienda que busca facilitar el acceso libre a internet en Cuba, al impulsar la creación de un fondo presupuestario para promover ese servicio “abierto y sin censura”.