¿Podría la tradición de los Huevos de Pascua tener más de un origen?

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por Lucía Cao.

Todos conocemos esta tradición, cuando llega el final de Semana Santa, se comen, a veces decoran y esconden huevos de chocolate. Pero, cómo surgen estas costumbres, y qué tienen que ver con la resurrección de Jesús.

Existen varios consensos acerca del origen de las costumbres en Pascua, entre ellas, podemos mencionar, una leyenda popular sobre un conejo que visitó la tumba de Jesús, presenciando así la resurreción.

Este pequeño animalito, asombrado, decide contarle a todo el mundo aquello que presenció, pero como la gente no lo escuchaba, comienza a ofrecerles huevos coloridos.

Desde el punto de vista histórico, algunos estudiosos consideran que en los siglos IV y V, comienza la tradición de repartir huevos en Pascua. Durante aquellas fechas, la Iglesia Católica, lanzó una prohibición de comer carne roja en Cuaresma (que incluia huevos). Aquello obligó a las personas a, en un intento de evitar que se echen a perder, bañar los huevos en cera. Pasada la Cuaresma, la gente comenzó a reunirse en las iglesias, repartiendo aquellos huevos, ahora adornados, como regalo.

 En cuanto a la unión entre el concepto de resurreción, fertilidad y nacimiento asociado al objeto huevo en sí, se puede rastrear en varias culturas, pero se le suele atribuir a Roma tradicionalmente la principal asociación, aunque investigaciones más recientes, apuntan a Sumeria. Sin mencionar el mito del Dios Pangu, que relaciona el origen del universo con el huevo. Pero, ¿podría existir otro origen?

El festejo de las Pascuas, tal y como lo conocemos lleva muy poco tiempo existiendo. Hoy, no podemos imaginarnos la Pascua sin el chocolate. Pero éste masivo, barato, y solidificado no apareció sino hasta finales del siglo XIX.

Acerca de la tradición de regalar y pintar huevos ya la hemos mencionado, pero, qué hay acerca de la costumbre de esconderlos y buscarlos. A continuación ofreceremos una posible respuesta.

Los Rapanui y las Pascuas

Existe una isla en el Oceáno Pacífico, que pertenece geográfica y culturalmente a Polinesia, políticamente a Chile, y colonialmente a Inglaterra y Francia, respectivamente. Estoy hablando de la “Isla Rapanui”, conocida popularmente como “Isla de Pascua”.

Este nombre se origina debido a un explorador holandés, Jakob Roggeveen, quien bautizó esa desconocida isla (desconocida para él, claro) como “Isla de Pascua” por haberla encontrado en la Pascua de la resurreción.

Dicha isla posee una historia de destrucción y colonialismo tan abrumador como pocos.

Muchos creen, hoy en día, que sus habitantes pertenecen a una Cultura Prehistórica, esa visión los condena al estancamiento y niega su historia, ubicándolos en una línea temporal  muy lejana, misteriosa y olvidada.

Contrariamente a esto, podemos observar que sus famosas esculturas fueron creadas aproximadamente en el año 1200 D.C, lo cual desde el punto de vista europeo, corresponde a la Edad Media, y no a lo que podríamos pensar como Prehistoria (que data del 3000 A.C)

La imposición del sincretismo

Luego de varios viajes de parte de los europeos hacia Rapa nui, habiendo observado que se encontraban al final de una guerra intertribal, deciden armar allí sus primeros asentamientos, en 1864.

 Primeramente mandan cinco misioneros Católicos, liderados por Eugenio Eyraud, de la Congregación de los Sagrados Corazones, quien se aliaría más tarde, con un aventurero francés, Deutrou-Bornier, fundando, en 1895  la Compañía Explotadora de la Isla de Pascua, una sociedad con capitales británicos, que convirtió la isla en una gran hacienda ovejera.

 Por las mismas fechas, Perú e Inglaterra, enviaban barcos para buscar trabajadores polinesios, que terminarían siendo esclavos.

Todo esto ocasionó que los habitantes de Rapa nui, se vieran obligados a cambiar sus hábitos culturales, y a desplazarse de su territorio tradicional, lo que profundizó una grave crisis política, sumada a una serie de epidemias, traídas por los extranjeros.

Estas enfermedades se profundizaron debido a la pobreza, la esclavitud y los intentos coloniales que hacinaron a sus habitantes en pequeños reductos, -lo que nos recuerda a la famosa isla de los leprosos-.

Estas condiciones acabaron por destruir a gran parte de la población, que en 9 años pasaron de aproximadamente 14.000 habitantes- antes de 1864- a 175 en 1872.

La Compañia comercial y misionera, convirtió la isla, y lo que posteriormente sería su capital, en una carcel sin rejas.

Los misioneros alentaban a los convertidos al catolicismo a asesinar a los ahora llamados paganos, y así para 1868 no quedaría habitante en Rapa nui, que no hubiera recibido el bautismo. Pero… qué tiene que ver ésto con Pascua.

Los procesos colonizadores están estrechamente relacionados a los festejos populares, a sus danzas,  cantos, prácticas o rituales. Así encontramos que en la isla Rapa nui, cada inicio de año (o sea, cada nueva vida) se festeja una gran fiesta, el Tangata Manu, donde representantes de distintos linajes, compiten por conseguir el primer huevo de la gaviota llamada Manutara, y el que consigue encontrarlo gana prestigio y, en un pasado, derechos politicos.

 El ganador de estas competencia, recibe el título de Hombre-pájaro, encarnación de uno de sus dioses principales, Make Make, Dios de la creación y de la fertilidad. Así podemos observar que el huevo en esta cultura tiene una importancia central.

La estrategia básica, usada por los imperialismos, suele consistir en instaurar su poder politíco y economíco, mediante el desplazamiento de los fundamentos que expresan la identidad de la cultura a dominada. Y así se hizo en Rapa nui.

 Gracias al trabajo de esos Misioneros, se logró instaurar eficazmente la religión colonizadora: el catolicismo.

 Y esa fiesta denominada Tangata Manu, y ese Dios Make Make pasaron a ser borrosos recuerdos, de los que sólo quedó la esencia: la resurrección o nueva vida. Asi, qué mejor fiesta para introducir que la Pascua, en la ahora bautizada, Isla de Pascua!

El Dios Make Make fue  reemplazado por Jesús, quien encarnaba los mismos ideales. La prueba está, que hoy en dia, podemos encontrarnos con la imagen tallada de Santa Maria de Rapa nui, quien lleva en sus brazos a Make-Make como su hijo.

No hay duda, de que las festividades que hoy festejamos, pueden tener más historia de la que quizás sepamos nunca. Cada cosa, baile o costumbre arraigada, tiene uno o varios orígenes, interesantes para conocer. Sólo es nesesario desnaturalizar un poco la realidad, y estar dispuesto a observar, con la curiosidad de un niño, y el discernimiento de un adulto.

                                                                         González Catán, 23 de abril del 2023, Lucia Cao.

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