Las máquinas electorales salieron de boxes y ya están en carrera. En las internas de cada una se sacan los ojos candidatos y candidatas de la misma escudería, se garabatean listas, se recorren canales de TV, se hacen declaraciones contradictorias, se incluye, se excluye, se orejea, se mienten cartas, se muestra una parte del juego, se esconde el resto, se niega con desenfado y cinismo (“por favor: es prematuro hablar de elecciones, ¡con los problemas que tiene el país!”). El pueblo observa sin prestar atención, ocupado en el oficio de sobrevivir. Es verdad, una parte pelea, pero lo hace casi en soledad, atomizado.
Una crítica que se hace es que nadie está discutiendo proyecto de país. Sí y no. “Cárcel y balas” es un proyecto de país. Lo ofrecen los seudolibertarios Milei y Espert y la “republicana” Patricia Bullrich. El resto de la derecha lo aprueba en silencio. Mauricio Macri, en su libro Para qué expone el proyecto a aplicar en las primeras cien horas. La afirmación es contundente: Nuestra debilidad tuvo un nombre: gradualismo.
“Existe una larga lista de empresas públicas que deberán pasar a ser gestionadas por el sector privado sin excepciones, o que deberán ser eliminadas“. Aerolíneas e YPF la encabezan.
“…el Estado argentino, tal como lo conocimos, ha colapsado. Hoy no es otra cosa que una gigantesca fábrica de déficit, inflación y pobreza. No será cuestión tan solo de hacer recortes aquí y allá. Es mucho más que eso”.
Debemos tener la valentía de terminar de inmediato con legislaciones obsoletas en materia laboral, sindical, previsional y fiscal. Es otro de mis aprendizajes en la presidencia. Lo que no se hace de entrada es muy probable que no se pueda hacer nunca.
Estas perlas las hallarán lxs lectorxs en el capítulo 25 de su libro. “Para qué” dice una gran verdad: Ninguna de las ideas que estoy postulando es nueva. Suscribimos. Esas ideas constituyeron los sucesivos planes económicos de la dictadura cívico militar, de Menem y De la Rúa, con las consecuencias por todos conocidas. MM y toda la derecha consideran que ha llegado la hora de decirle al electorado la verdad. No como en 2015 donde se edulcoró el discurso con promesas de pobreza cero, de eliminación del impuesto a la ganancia, revolución de la alegría etc. Su persistencia en que todo el pueblo haga suyo el programa histórico de las minorías privilegiadas es ejemplar. Merced a la enorme concentración mediática y la ausencia de un sujeto que levante un programa opuesto y alternativo, van ganando la batalla cultural que es que una mayoría pauperizada adopte el punto de vista de los saciados y poderosos.
Hay que decir, de paso, que la derecha enarbola un discurso antiestado que es meramente retórico. No es el Estado lo que les molesta (de hecho, los capitalistas cada vez invaden más nichos públicos para ampliar sus negocios) sino el manejo de sus fondos. De modo que por ello claman contra el pago de impuestos. Mientras que para las clases subalternas, en etapas como las que atravesamos se torna indispensable la presencia estatal para sostener su cotidianeidad (recordemos los IFE en pandemia, reparemos en los planes para garantizar alguna comida, en la educación y en la salud públicas y gratuitas, sin las cuales nuestra gente empeoraría día a día, etc.) los ricos cuyos intereses se representan en JxC y en los pseudo libertarios, preparan un nuevo mazazo contra ellos. Si el brutal endeudamiento de Macri (que el Gobierno del FdT legitimó) implicó la reaparición del FMI y sus políticas de exterminio social, la desaparición de esas políticas sociales sin alternativas reales y concretas de reasignación solo pueden traer consecuencias nefastas.
Qué tenemos en frente.
Un menemismo recalentado, vergonzante y con un ajado maquillaje progre. Todavía no privatiza como el de los 90 pero permite el saqueo extractivista y garantiza todas las ventajas para el capital financiero y los grupos sojeros. La depredación del suelo, el incendio de bosques, el corrimiento permanente de la frontera agropecuaria para favorecer el agronegocio, la sangría permanente de nuestras riquezas que se esfuman por el río Paraná son algunos ejemplos que no merecen ni el mínimo reparo del gobierno (1).
Massa, hombre de la embajada, que exhibió un optimismo casi exultante al anunciar que se habían sobrecumplido las metas acordadas con el FMI, ya no espera bajar la inflación a un índice inferior al 4% como había especulado. Es que el propio acuerdo firmado con el FMI es de suyo inflacionario. Su prioridad no es la gente sino es que cierren las cuentas con el Fondo. Los precios “injustos” (precisa definición del periodista Alejandro Bercovich) son el fruto de un acuerdo de precios como todos los que conocemos, destinados a ser incumplidos por los monopolios de los alimentos. La “mesa de los argentinos” no es la misma para todos, porque en nuestro país hay unos argentinos que son más argentinos que otros, y estos otros ya no recuerdan en su mesa ni la carne, ni la leche y ven elevarse las legumbres, frutas y verduras a la altura del globo chino que ingresó a suelo norteamericano. A contrario sensu, mientras los grupos más concentrados obtienen toda clase de concesiones y ventajas (dólar soja, dólar Qatar, condonación de las millonarias deudas de Edenor y Edesur cuyos ejecutivos son próximos a Massa) la ministra de Desarrollo Social, Tolosa Paz se pone enérgica contra los movimientos sociales, negándose a revisar el retiro de 160 mil programas de Potenciar Trabajo a los más necesitados. El ajuste impiadoso contra los desocupados es un castigo material y simbólico para justificar la baja de impuestos que pregonan.
¿Y la jefa? Sus partidarios se emplean en motorizar el operativo Clamor con la esperanza de que CFK revise el paso al costado que ha dado ante la proscripción política, aunque se nota la ausencia de conducción. Independientemente de los próximos pasos de la ex presidenta, quizás serían, electoralmente hablando, los más beneficiados, poniendo en el centro de la agenda el proyecto de país, y un programa de salida de la crisis, que al mismo tiempo serviría para ordenar su acción, y para galvanizar energías y fuerzas dormidas. Sin embargo, esa cuestión no aparece en su horizonte.
El juicio político a la Corte
En esta iniciativa del oficialismo, es más importante el camino que el destino final ya que no dan los números para eventualmente destituir a esta Corte absolutamente vendida a los grupos dominantes del país. La reacción ante una medida que por ahora solo se propone descorrer el velo que encubre el comportamiento de una Corte volcada a favorecer los negocios de los poderosos no se hizo esperar. El Departamento de Estado norteamericano reclamó al gobierno “respetar las instituciones democráticas y la separación de poderes”. Unos quinientos empresarios de los grupos económicos más concentrados, e influyentes estudios jurídicos dirigieron una carta al Congreso con el propósito de detener el juicio. No desean que se ventilen los chanchullos del poder. La iniciativa empresaria estuvo bajo la coordinación de Guillermo Lipera (ex presidente del Colegio de Abogados de la Ciudad), Juan Vaquer (presidente de ACDE) y Santiago Mignone (tesorero de IDEA). Empresarios como Enrique Cristofani (Banco Santander), Roberto Murchinson (Grupo Murchinson), Gerardo Cartellone (Grupo Cartelone), Nicolás Braun (La Anónima), Luis Bameule (ex Quickfood), Lisandro Bril (Axia Ventures) y Alejandro Elztain (CRESUD), rubricaron el documento que reúne unas 500 firmas. También firmaron Amcham y Ledesma.
La derecha brama ante lo que denominan “un avasallamiento a las instituciones de la República” a pesar que el juicio político es un instrumento contemplado en la Constitución pues como establece el artículo 53° de la misma:
Solo ella (Cámara de Diputados) ejerce el derecho de acusar ante el Senado al presidente, vicepresidente, al jefe de gabinete de ministros, a los ministros y a los miembros de la Corte Suprema, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones, o por crímenes comunes, después de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la formación de causa por la mayoría de dos terceras partes de sus miembros presentes.
Curiosa es la concepción de república que enarbola la derecha vernácula según la cual la Corte Suprema se encontraría por encima de los otros poderes, considerando sus decisiones inapelables e indiscutibles, aunque violen las leyes y se atribuya funciones legislativas o propias del ejecutivo. En esa lista de irregularidades e ilícitos cuenta el intento de 2017 de aplicar el 2X1 para favorecer la liberación de los militares genocidas. Maniobra desbaratada por la enorme movilización popular. El secretismo, la oscuridad, las complicidades urdidas a espaldas del pueblo, como es el episodio del cónclave clandestino de Lago Escondido (2), constituyen prácticas naturalizadas por los cortesanos y sus compinches poco republicanas. Y aunque es verdad que este poder judicial descompuesto es irreformable, la necesaria repolitización de la sociedad encuentra un cauce auspicioso en esta iniciativa.
Elecciones 2023: dos proyectos capitalistas en juego.
Los problemas de nuestro país se enmarcan en la crisis estructural de un país capitalista dependiente que no es de hoy y por tanto sería erróneo creer que pueden solucionarse con unas elecciones. De lo que no debería haber duda es que no podrán resolverse sin la intervención consciente y activa de la mayoría de nuestro pueblo. Si miramos con atención el panorama mundial advertiremos que la burguesía mundial ofrece las mismas recetas en todas partes. Ejemplo de ello lo tenemos en Francia donde la administración Macrón pretende implementar una reforma previsional que eleve la edad y los años de aportes para jubilarse.
Nuestro pueblo necesita paz, democracia verdadera e independencia para su desarrollo y prosperidad. Tenemos enormes recursos naturales, económicos y humanos para ello. Desgraciadamente esas mismas ventajas nos hacen vulnerables ante la codicia y la rapiña de las potencias mundiales. No son ociosas las declaraciones de la jefa del Comando Sur, la generala Richardson, que no oculta el propósito del imperio de apropiarse y controlar las riquezas de nuestro suelo: el litio, el gas, el petróleo, el agua etc. Todo ello en el marco de la disputa con China y Rusia.
Claramente el capitalismo no tiene soluciones para los males que él mismo genera. En el mejor de los casos, un modelo más distributivo, tarde o temprano encuentra su techo cada vez más bajo. Lo cual no significa que de lo mismo uno que otro.
La mayoría de las organizaciones sindicales y de los movimientos sociales, lamentablemente se encuentra cooptada por alguna de las variantes capitalistas que mencionamos. Por eso es necesario desarrollar un amplio, paciente y tenaz proceso de acumulación de fuerzas y de reorganización de las clases trabajadoras. Conscientes que ninguna reivindicación ni justa demanda en distintos campos puede conquistarse por separado. Necesario es articular movimientos y reivindicaciones parciales en un frente y un programa estratégico único de salida que vaya más allá de la coyuntura electoral.
Desde Ayllu propiciamos la deliberación, la autoorganización y la búsqueda de las formas de poder popular con todos los sectores trabajadores, campesinos, estudiantiles, etc. El primer paso es la asamblea en los lugares de trabajo, estudio y vivienda. De allí surgirá la verdadera agenda del pueblo. No desesperarnos por la instancia electoral donde sin duda hay que cerrar el paso a la derecha explícita, pero sin olvidar que la misma no sustituye la deliberación del pueblo, la elaboración de una agenda propia y la movilización de todas nuestras fuerzas. El próximo 24 de marzo será una oportunidad para recuperar el dominio de las calles contra el olvido y como advertencia a una derecha desbocada y desestabilizadora. Lo que está en juego es nuestro destino como Nación y como pueblo. No hay que desfallecer.
(1)Como acertadamente lo denunciara el escritor Mempo Giardinelli: “Los 6 mil barcos que se van al año no pagan un centavo de ingresos brutos en ninguna de las siete provincias ribereñas. Un kiosquero paga más impuestos que un barco de cinco toneladas”.
(2) Ver “La vidriera irrespetuosa”- Ayllu 11-12-2022