El asesinato de Santrich no es un rayo en cielo sereno
El comandante Jesús Santrich integrante del Estado mayor de las FARC-EP Segunda Marquetalia ha sido asesinado esta semana por un grupo comando del ejército colombiano, que según informa esa fuerza irregular, se había internado en suelo venezolano. Los medios del imperialismo y sus aliados locales como “La Nación” de Argentina entre otros, tienen motivos para regocijarse de su muerte. Varias décadas atrás sucedió algo similar en el Yuro, en Bolivia cuando cayó Ernesto Che Guevara.
Jesús Santrich era el alias de Seusis Pausivas Hernández, en su momento uno de los jefes del Bloque Caribe de las FARC y uno de sus negociadores en las conversaciones con el gobierno Santos.
Es imposible comprender la trayectoria de Santrich, su elección de vida y su muerte, sin el contexto de la historia de Colombia, de las injustas estructuras socioeconómicas que hacen posible la concentración de la riqueza y el poder en un puñado de familias, de una verdadera guerra sorda librada contra su pueblo. y de la influencia del imperialismo norteamericano que cuenta con siete bases militares en su territorio. Se ha calificado a los comandantes Iván Marquez y Jesús Santrich como desertores del proceso de paz prescindiendo del hecho que desde su firma en La Habana en 2016 han muerto asesinados casi 300 ex combatientes desmovilizados, los cuales debían ser protegidos por el Estado colombiano. A la fecha, al menos 1200 líderes y lideresas sociales, campesinos, indígenas y activistas defensores de derechos humanos han sido ejecutados por las bandas paramilitares que el Estado colombiano no se preocupa en desmantelar.(1) Pues lo inocultable es que dichos acuerdos de paz fueron ferozmente saboteados por los seguidores del ex presidente Álvaro Uribe desde el momento mismo en que se iniciaron las trabajosas conversaciones. (2)
Hernández (Sucre 1967) era hijo de un matrimonio de docentes, y tenía siete hermanos. En Sincelejo se vinculó a la Juventud Comunista (Juco). A los 16 años, entró a la Universidad del Atlántico a estudiar Derecho y una Licenciatura en Ciencias Sociales. Se graduó también en Licenciatura en Educación con especialidad en Ciencias Sociales. Después hizo un postgrado en Historia.
En la universidad, Hernández, quien ya entonces sufría una progresiva ceguera, fue elegido representante estudiantil en el Consejo de la Facultad de Educación y después de su creación, militó en la Unión Patriótica, una fuerza de izquierda promovida por los grupos guerrilleros, que se proponía intervenir en la contienda electoral.
Después de graduarse en la Universidad fue, por un corto tiempo, representante legal del municipio de Colosó (Sucre). Sin embargo a los 21 años, en razón de los crecientes asesinatos de militantes de la UP, decidió como muchos de sus compañeros unirse a las Farc.
Hernández, quien pasó a ser Jesús Santrich en homenaje a un amigo asesinado de ese nombre, ingresó a las filas del Frente 19 de las Farc que actuaba en la región. Allí se ligó a las estructuras del Caribe (en zonas como la Sierra Nevada, los Montes de María y Córdoba) y el nororiente del país (Serranía de Perijá), pero también estuvo en el Caguán durante las negociaciones con el gobierno de Andrés Pastrana.
‘Santrich’ era el encargado de la comunicación de la guerrilla a través de la red clandestina de emisoras de las Farc como la Cadena Radial Bolivariana. Además, era uno de los hombres que más se pronunciaba y escribía sobre las actividades de la guerrilla y sus posiciones políticas, sobre todo en lo relacionado con la tenencia de tierra.
En el 2008 publicó un libro denominado “Relatos Tayronas” sobre los pueblos indígenas de la Sierra Nevada. Debido probablemente a sus problemas de vista, es alguien que más bien se destacaba por su labor intelectual y tareas de comunicación.
Con la firma del Acuerdo de Paz de La Habana, Santrich fue parte del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) y fue representante a la cámara, haciendo uso de una de las cinco curules que el Acuerdo de Paz les dio a las FARC en esa cámara por dos cuatrienios.
Sin embargo, en abril 2018 fue capturado a petición de la justicia de los Estados Unidos que, a través de un juzgado de Nueva York, lo había acusado, basado principalmente en las declaraciones de Marlon Marín, un sobrino de Ivan Márquez, de enviar al menos 10 toneladas de cocaína desde Colombia hacia Estados Unidos entre junio de 2017 y abril de 2018, es decir, después de firmado el Acuerdo de La Habana, y lo pedía en extradición.
Estuvo preso 13 meses en La Picota y en mayo de 2019, después de que se conociera que la carta a través de la cual en Ministerio de Justicia de Colombia le pedía a la justica estadounidense enviar las pruebas que tenía en contra de Santrich, se había perdido en Panamá y no había llegado nunca a su destino, y después de que EEUU dijera que no enviaría las pruebas solicitadas, argumentando que con las que tenía a su disposición la JEP era más que suficiente para determinar la temporalidad de los supuestos delitos, la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz) le aplicó la garantía de no extradición argumentando que las pruebas en su contra no permitían evaluar la conducta ni establecer la fecha precisa de su realización, y le ordenó a la Fiscalía liberar inmediatamente a Santrich.
Algunos días después de la orden de la JEP, Santrich fue liberado para ser inmediatamente recapturado pues se habrían dado a conocer nuevas evidencias que confirmaban que el ex guerrillero sí delinquió después de la firma del Acuerdo de Paz. Se le imputaron cargos y su captura fue legalizada, y fue dirigido al búnker de la Fiscalía.
Sin embargo, a finales de mayo de 2019 la Corte Suprema de Justicia ordenó su liberación aludiendo al fuero del que gozaba por ser representante a la Cámara, a pesar de que no había podido posesionarse debido a su detención. El 11 de Junio asumió formalmente como representante.
El 30 junio de 2019 se supo que las autoridades desconocían el paradero de Jesus Santrich. En su cuarto en el ETCR de Tierra Grata, en el Cesar, su esquema de seguridad encontró una carta donde decía que se iría a Valledupar a pasar tiempo con uno de sus hijos, y que se comunicaran con él apenas pudieran, pero no fue posible hacerlo.
Santrich estaba citado el 9 de Julio a indagatoria ante la Corte Suprema de Justicia, por su presunta participación en hechos delictivos después de la firma del Acuerdo de Paz.
En agosto de 2019 apareció en un video junto con Iván Márquez y otras reconocidas personalidades de la extinta guerrilla de las FARC, anunciando el nacimiento de la “Segunda Marquetalia” (3) y con ello su retorno a la lucha armada. Las razones que expusieron fueron principalmente la falta de garantías, el incumplimiento de los acuerdos tanto en materia de seguridad para los ex combatientes desmovilizados cuanto la ausencia de políticas sociales que figuraban en los mismos.
Santrich apareció de nuevo en marzo de este año a través de una entrevista que dio a Argia, una revista del país vasco en España.
En junio de 2020 la Procuraduría anunció la destitución e inhabilitación de Santrich para ocupar cargos públicos.
El asesinato de Santrich no es un rayo en cielo sereno. Por el contrario, se da en momentos en que el heredero de Uribe en la presidencia de Colombia, Iván Duque intenta sofocar a sangre y fuego el levantamiento popular, que ya recuerda al histórico Bogotazo de 1948 cuando el pueblo ganó las calles en repudio al asesinato de su líder Jorge Eliécer Gaitán.
Con Jesús Santrich desaparece un dirigente histórico de la insurgencia colombiana. Las agencias del imperialismo no cesan su campaña de difamación contra él, pues temen el nacimiento de una leyenda. Un revolucionario ha muerto. Viva la revolución.
2) La administración de Álvaro Uribe Vélez se centró en la llamada política de Seguridad Democrática, que se caracterizó por la irrupción de la guerra sucia, del terrorismo de Estado, del fenómeno paramilitar y del narcotráfico y la internacionalización del conflicto en el marco de la lucha contra el terrorismo.
3https://lasillavacia.com/quienesquien/perfilquien/jesus-santrich
4- El nombre hace referencia a la región de Colombia donde se refugiaron los grupos de autodefensa campesina (antecedente de las Farc) que fue bombardeada por las fuerzas armadas colombianas en 1964.