Es el saqueo, así de sencillo.

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Por Mario Mazzitelli.

La determinación del saqueo en nuestra decadencia

“Es la economía, estúpido”. Esta frase fue utilizada en la campaña electoral de los EEUU en 1992 por el entonces candidato a presidente Bill Clinton. En Argentina debemos agregar “es el saqueo, así de sencillo”; para entender el hundimiento nacional. De manera que, cuando nos señalen que más de 1 millón de niños se van a dormir sin comer, que varios millones más no pueden nutrirse adecuadamente y por eso no rinden en la escuela, que las jubilaciones son de miseria y los salarios la variable de ajuste, que faltan dólares en el Banco Central mientras la inflación devora nuestros bolsillos más rápido que las polillas…nosotros, educadamente, deberíamos contestar: “es el saqueo, así de sencillo”.

Argentina está sometida a un saqueo, robo, despojo, afano, desfalco, atraco, desvalijamiento, rapiña y raterío permanente y sistemático. Permanente porque son las 24 horas los 365 días del año. Sistemático porque se produce en todos los lugares por donde se puede ejecutar ¿Está claro?

Se ha tratado de naturalizar la situación bajo el argumento de que “en el capitalismo todos quieren optimizar la ganancia de su capital”. De esa manera ocultan dos cosas: una, que la mayorìa no tiene capital para optimizar su lucro y dos, que no se trata de ingresos bien logrados (por la oferta de bienes o la prestación de servicios convenientes para la población) sino del aprovechamiento de posiciones dominantes o la facilidad para ejecutar acciones ilícitas. La mega evasión, mega elusión, contrabando, sobre y sub facturación, etc. son prácticas corrientes. Todo en el marco de un Estado ineficaz, inepto, cómplice o corrupto; según los casos. Ahí está el núcleo del problema nacional. La explicación del estancamiento, la falta de inversión, el aumento de la pobreza, la pequeñez del mercado interno, la desesperación de las pymes, etc. se explica por el saqueo.

El resto de las explicaciones están bancadas por determinados círculos (económicos, periodísticos, académicos, etc.) interesados en ocultar al pueblo la realidad.

Un pequeño ejemplo orientativo

Si el dueño de cualquier comercio observa que tiene un buen desempeño (compra, vende, controla sus operaciones, etc.) pero su negocio se descapitaliza, tiene que detenerse a reflexionar sobre esta paradoja: ¡ando bien pero pierdo plata! Si, al mismo tiempo, escucha al cajero dar explicaciones artificiosas para justificar el deterioro del negocio; aparece una sospecha fundada. Aunque todavía no tenga pruebas. Hacia la caja y el cajero debería tender una línea de investigación. Otra hipótesis podría ser que las tasas de interés de la cuenta corriente del banco le estén chupando la sangre. Otro punto para analizar. ¿Habrá clientes que roban mercadería por ausencia de un buen control? Un tema más. Seguramente allí encontrará su problema y podrá diseñar una solución. En todos los casos correspondería hacer un chequeo, control o auditoria. Quedarse confiado con “explicaciones inverosímiles” sería un grave error.

¿Qué pasa a nivel nacional?

El dueño o propietario de la Argentina (el Pueblo de la Nación) debería empezar a desechar las “explicaciones inverosímiles” por las que discurren los economistas, políticos y comentaristas habitués del sistema mediático. Debería hacer un inventario de su patrimonio y observar cómo se maneja esta riqueza en cada área. Ver qué pasa con el cajero, el banco y los comportamientos individuales.

Así, el manejo de las finanzas, de la deuda, del gas, del petróleo, la minería, la pesca, la tierra, la porosidad de las fronteras, de los puertos, las áreas monopólicas y oligopólicas, la extranjerización de la economía, etc. pondrían negro sobre blanco el porqué de nuestro hundimiento (económico, financiero, social, educativo, tecnológico, etc.) Y aparecería con claridad que “es el saqueo, así de sencillo”.

Reunir información para entender.

A lo largo de varias decenas de notas hemos expuesto algunos de los mecanismos del saqueo. Ocurre que: tratados parcialmente, de a uno, caso por caso, se obtiene una visión sesgada. Recién al reunirlos aparece el funcionamiento sistémico de sus componentes. Corregir esta formación malsana (que nos está llevando a ser una pobre factoría colonial) es la tarea y el gran desafío de un próximo gobierno. Para que el pueblo pueda revertir esta situación, lo primero es entender de qué se trata.

La inversión.

Digamos que: de lo que se produce en un período, una parte se consume y queda un sobrante. Ese sobrante generalmente se transforma en ahorro, y el ahorro es la fuente de la inversión. Hace más de cien años, desde la pobreza europea llegaban a la Argentina mis abuelos. No habían estudiado nada de la ciencia económica. Pero sabían que si trabajaban duro y no gastaban todo lo que les ingresaba cada mes, iban a tener un resto (ahorro) Pasado un tiempo, si el ahorro era suficiente lo iban a poder transformar en capital (herramientas, inmuebles, etc.) con ello aumentar su productividad (organizar mejor el trabajo, promocionarlo, etc.) mejorar sus ingresos, su calidad de vida y seguir acrecentando su patrimonio. Venían con unas pocas prendas de vestir. Pasados unos años habían cambiado su existencia y la de sus hijos.

Lo anterior es como el ABC de la acumulación primitiva de capital. En Argentina todos (independientemente de la ubicación económica, política o ideológica) podemos coincidir que la fuente de nuestro estancamiento, deterioro y empobrecimiento es la falta de inversión productiva. Entonces, si el problema principal (de las últimas décadas) es la baja tasa de inversión, corresponde preguntarse ¿Es el populismo que consume todo lo que se produce y no deja nada para el ahorro-inversión? ¿Es que las empresas ganan muy poco y no les queda nada para invertir? O ¿Es el saqueo que genera un flujo permanente de salida de capitales que no dejan resto para la inversión y el crecimiento?

El saqueo baja la tasa de ganancia de amplios sectores de la actividad económica.

Un inversor tiene en cuenta tres factores: seguridad, tasa de ganancia y previsibilidad. Nuestro problema es la segunda: la tasa de ganancia. La ganancia es el origen de la inversión. Si la distribución de la ganancia está distorsionada por la asimetría de poder de los actores, unos pocos ganarán mucho y muchos ganarán poco. Esto desestimulará la inversión productiva a favor del ahorro timorato, la fuga y el flujo de riqueza hacia el exterior.

¿Cómo se explica? La ganancia global en Argentina es alta, pero muy mal distribuida. En una sociedad, donde los mecanismos de asignación de recursos son el mercado y en menor medida el Estado, los dueños del capital orientan su inversión conforme la tasa de ganancia presumible (en un contexto de seguridad y previsibilidad) A través de esta acción dinámica (si tengo un gran capital invertido en la fabricación de martillos con una baja tasa de ganancia y observo que producir helados me reditúa mucho más, desinvierto en un lado y voy al otro) se genera una tasa “media” de ganancia. Pero ocurre que esa regla no se cumple adecuadamente, por la asimetría de poder entre los actores económicos. Este diferencial tiene su origen en la posición dominante en una zona geográfica, en las finanzas, la tecnología, el comercio, la influencia política, etc. Así los dueños de la tierra disfrutarán de la renta agraria (la tierra es un monopolio por excelencia); los que acceden a la minería (litio, oro, plata, cobre, uranio, etc.) a la renta minera, los del petróleo y el gas a la renta hidrocarburìfera, etc. De la misma manera que quienes manejan servicios monopólicos (agua, electricidad, gas, caminos, etc.) están en condiciones de definir el precio, sin que medie la ley de la oferta y la demanda, pudiendo lograr una plus ganancia. Por eso la privatización y extranjerización de estos servicios son parte del robo al pueblo. Sigo. En otros casos ejercitan la capacidad de generar oligopolios (industria automotriz, fábricas de pintura, de cemento, etc.) Otras actividades son el usufructúo del manejo de puertos, aeropuertos, el corredor exportador del río Paraná, etc. Ni hablar de los bancos, el parasitismo financiero y los negociados mega-corruptos de la deuda. Todo eso es el saqueo. Decenas de miles de millones de dólares que fluyen de la tierra y la población argentina al núcleo más selecto del capital (nativo o extranjero) Concentración infernal de la riqueza. Que no derrama nada. Y explica la mala situación del país, por más que sus empleados (Milei, Caputo, Francos, etc.) quieran ocultarlo con explicaciones inverosímiles.

Súper ganancia minoritaria y miseria mayoritaria, dos caras de la misma moneda.

Como vemos ese conjunto de actividades generan súper ganancias. Es decir muy arriba de la tasa media. Esas enormes rentas privatizadas quedan en pocas manos. Tal concentración implica menor ganancia para los sectores medios y bajos de la economía. Al tiempo que menores ingresos para el conjunto de la población. De esta manera se deprime el mercado interno, cae el consumo y aumenta la pobreza.

Las consecuencias

Los más grandes invierten poco porque no hay mercado interno. Prefieren extraer bienes primarios (materias primas) con bajo valor agregado para la exportación, manejar el comercio exterior, hacer diferencia en las finanzas, etc. Luego fugan o remesan (a sus casas matrices) las enormes ganancias.

Los medianos y pequeños invierten poco porque no van a tener una recompensa adecuada. Prefieren ahorrarla de manera preventiva o a la espera de momentos mejores.

Y los de abajo invierten poco, porque es poco y nada lo que tienen.

El precipicio libertario.

Ubicada esa franja superior del capital en el altar de lo sagrado, intocable y venerable; se preguntan los libertarios ¿Cómo elevar la tasa de inversión? Y responden en los hechos.

1.- Aumentando la explotación de los trabajadores. Disminuyendo su ingreso, incrementando la intensidad o el número de horas trabajadas, haciéndole perder derechos para bajar costos, flexibilizando, etc. Así se presenta a las víctimas como victimarios (son vagos, poco productivos, hacen juicio, etc.) Falacia que parte de pequeños hechos aislados para darles el carácter de fuente de nuestros problemas.

2.- Liberticidio. Se les darán a esos grupos (locales: Eduardo Eurenekian, Marcos Galperin, Paolo Rocca, Alejandro Bulgheroni, Perez Companc, Eduardo Costantini, etc. o extranjeros: los grandes grupos de inversión BlackRock, Vanguard y Fidelity…las multinacionales, los nuevos propietarios de nuestro territorio, etc.) la inviolabilidad de la propiedad privada, para que hagan y deshagan sin ningún control ni límite. Para eso, en lugar de construir un Estado sin corrupción, productivo y eficiente; tratan de destrozarlo. Sólo preservan los aparatos que van a resguardar a esos capitales: policía, FFAA, justicia, etc.

3.- Van a sacrificar el ambiente. Las grandes riquezas fluirán al extranjero. En cambio los pasivos ambientales quedarán en el territorio. Negocios privados con bienes públicos, diría nuestro amigo Pino Solanas. El oro afuera y la restauración ambiental sobre las espaldas del pueblo argentino.

4.- El RIGI (Régimen de Promoción de Grandes Inversiones) Aquí se generan privilegios arbitrarios e inconstitucionales ¿Por qué solo hay incentivos para inversiones mayores a 200.000.000 de dólares? ¿Por qué no tiene la misma promoción un argentino que va a invertir 20.000? Por otra parte no hace distingo. Hay inversiones que necesitamos y otras que no: “es la calidad estúpido, no la cantidad”. Si la generala Richardson dijo que nosotros tenemos lo que el mundo necesita ¿Para que un régimen especial, si van a venir igual? Con este “régimen” los dólares pueden ser invertidos en el exterior (compra de maquinaria…) pueden ingresar sin pagar impuestos (con ventaja sobre cualquier industrial argentino) se le rebajan los impuestos, se le brinda estabilidad por 30 años, se le da preferencia a la hora de usar un bien escaso en su zona (agua…en detrimento de la población) se limita el accionar de provincias y municipios, se prorroga la jurisdicción a tribunales extranjeros frente a cualquier conflicto, etc. Para que, finalmente, cuando empiecen a extraer materias primas para exportar; el fruto monetario de esa riqueza (dólares) se puedan depositar en el exterior sin compromiso de ingresar un solo dólar al país. Paraíso del saqueo, podríamos llamarlo.

Parafraseando a Eduardo Galeano (las venas abiertas de América Latina) deberíamos preguntarnos ¿es Argentina una Nación condenada al saqueo, la humillación y la pobreza?

Desde ya que no. Pero esa es otra nota.

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