Con motivo del deceso del Prof. Dr. Enrique Dussel, es oportuno manifestar gratitud por el ejemplo intelectual que brindó a lo largo de su vida comprometida con los procesos de liberación de los pueblos de Nuestra América y de todos los países sometidos del mundo, así como por el legado de su obra filosófica, histórica y teológica. Atento a los movimientos del pensar latinoamericano desde su juventud, fue uno de los principales fundadores de la Filosofía de la Liberación que eclosionó a comienzos de los años 70 en la Argentina en el II Congreso Nacional de Filosofía. Como él mismo expresara cincuenta años después en una conferencia, la Filosofía de la Liberación cambió para siempre el lugar de enunciación filosófica, trasladándola al sur, poniendo en cuestión el centro e inaugurando una filosofía crítica verdaderamente universal desde una pluriversidad de enfoques posibles. Desde esta óptica Dussel estudió los problemas tradicionales de la disciplina pensando que la función de la Filosofía de la Liberación es “terminar de construir todos los tratados de la filosofía desde el proceso de descolonización” y, por consiguiente, anunciar la transformación radical que necesita la humanidad para salvar la vida en el mundo. Buscó posicionarse a favor de los pueblos oprimidos de la tierra.
Promovió la descolonización epistemológica. Concomitantemente planteó que “el capitalismo no tiene freno; el aumento en la tasa de ganancia es infinito, además que los que acumulan capital nunca estarán saciados”.[i] En su libro “Las metáforas teológicas de Marx”, sostiene que “la vida del fetiche es sangre de trabajadores ofrecidos en sacrificio a la acumulación del valor. El capital domina y chupa la fuerza de trabajo vivo. El medio de trabajo asesina al trabajador. Es una lapidadora de seres humanos, de trabajo vivo, una derrochadora no sólo de carne y sangre, sino también de nervios y cerebro. Este sacrificio de vidas humanas se debe a la sórdida avaricia. El capital vive de la sangre del pobre: la vida del Ídolo es la muerte del pobre. Es Señor del Mundo es, evidentemente, el demonio, satán.”
En oposición crítica a la modernidad y la posmodernidad, Dussel afirma la transmodernidad, superadora del capitalismo y del socialismo real. Algunos de los elementos que caracterizan la transmodernidad de Dussel son los siguientes:
La crítica a la modernidad occidental: Dussel considera que la modernidad occidental es una forma de dominación que ha llevado a la opresión de los pueblos no europeos, de las mujeres y de los pobres.
La reivindicación de las culturas no europeas: Dussel sostiene que las culturas no europeas tienen un valor propio y que deben ser reconocidas como interlocutores legítimos en el diálogo intercultural.
La perspectiva de la alteridad: Dussel pone en el centro de su reflexión a la alteridad radical, valorando la diferencia y a la pluralidad.
La ética de la liberación: Dussel sostiene que la transmodernidad debe estar orientada a la liberación de los pueblos oprimidos, de las mujeres y de los pobres.
La transmodernidad es una propuesta filosófica, metodológica y ética que tiene el potencial de contribuir a la construcción de un mundo más justo y equitativo.
Era profesor en la Universidad Autónoma de México, y en ese país falleció el 5 de noviembre de 2023. Publicó más de 50 libros y unos 400 artículos. En 2018 la Universidad Nacional de Cuyo lo reconoció con el Doctorado Honoris Causa, una especie de reparación, puesto que fue expulsado de la misma en 1975. La organización terrorista llamada Triple A puso una bomba en su casa. Decidió exiliarse en México.
Se licenció en Filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo, luego se graduó de licenciado en Estudios de la Religión por el Instituto Católico de París, se doctoró en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y en Historia por la Universidad de la Sorbona de París.
Gracias Enrique por tu fuerte legado.
[i] https://www.pagina12.com.ar/613795-murio-enrique-dussel-el-padre-de-la-filosofia-de-la-liberaci