EL PROGRAMA EDUCATIVO DE LA DERECHA: VACIAMIENTO Y DEGRADACIÓN

05-07-19d

Una sociedad sin sujetos que puedan transformar la realidad solo puede desembocar en la dictadura más o menos desembozada del mercado

Si queremos ver en la práctica el programa educativo de la derecha si ganara las elecciones nacionales de 2023, no tenemos más que observar lo que pasa en CABA. La cartera educativa porteña ha eliminado cinco carreras terciarias de al menos tres institutos de Formación Superior. El recorte se produjo en los Institutos de Formación Técnica Superior N°28, 12 y 8. Una de las carreras es con formación en Derechos Humanos. (Diario Tiempo Argentino 22/11/2022) (1)

En la mira del ministerio porteño que encabeza Soledad Acuña se encuentran también materias como Filosofía y Ética. Un petitorio que circula en las redes sociales plantea cuestiones que no pueden omitirse. “Desde una perspectiva general, podemos señalar la relevancia de los aportes de la filosofía de la educación como núcleo temático fundamental insustituible en la formación docente. Esta rama de la filosofía propone reflexiones sobre los sentidos de educar, las problemáticas éticas y políticas propias de lo educativo, las tensiones entre los paradigmas de justicia basados en perspectivas de igualdad, equidad o mérito, las concepciones sobre la autoridad y el poder en las instituciones, la reflexión sobre los dispositivos de subjetivación que se despliegan en los procesos de enseñanza y de aprendizaje y sus derivaciones respecto de las identidades culturales, las sexualidades y los géneros, las clases sociales, los fundamentos de las transformaciones de los sistemas educativos en el contexto histórico-político actual, entre otras problemáticas.

Por otra parte, los contenidos ligados a la reflexión ética también resultan insoslayables en el ámbito de la educación. Al respecto, es importante distinguir lo que constituye una posible confusión entre la formación moral de lxs docentes, que es un contenido transversal de todas las disciplinas; la deontología profesional, que remite a normativas legales e históricas; y la reflexión ética como saber de fundamento y crítica, que sólo tiene sentido a partir de los marcos teóricos propios de un ámbito disciplinar específico, que es el de la Ética como campo filosófico.”(2)

Naturalmente estas acciones del gobierno de la derecha en CABA tienen antecedentes que no deberían caer en el olvido. Cada año en las escuelas públicas de CABA hay 56 mil niños que se quedan sin vacantes.  En diciembre de 2020, el fallo de la “justicia” avaló un ataque en toda regla al derecho constitucional a la educación. Como lo expresara en su oportunidad Adriana Puiggrós: “Consecuentes con la línea de la discriminación explícita, el Poder Ejecutivo y el Tribunal Superior de Justicia de la CABA coincidieron en una interpretación de la Constitución de la Ciudad Autónoma (Art. 24) y de la legislación nacional e internacional que limita la obligación del Estado a proporcionar educación de manera restringida. Ésta alcanzaría a aquellos que no tuvieran medios para pagar una escuela privada. Por lo tanto, la responsabilidad del Estado deja de ser principal para tornarse suplementaria de la privada. Varios miembros del Tribunal hacen referencia a las prioridades establecidas normativamente para el otorgamiento de vacantes (parentesco, domicilio, etc.) pero las interpretan como topes, en lugar de entender que se trata del piso del cual debe partir el proceso de inscripción y que el gobierno tiene la obligación de garantizar plazas en la educación pública a todos.” 

“En la CABA, de acuerdo al efecto del fallo del TSJ, sólo tienen derecho a exigir una vacante en las escuelas públicas quienes demuestren que son “vulnerables”. El certificado de pobreza. Seguramente mandarán un formulario digitalizado, con el mismo criterio que usaron para la inscripción on line. Si tenés una computadora y sos alfabetodigital, accedés. Tenés el mérito. Si no, te quedás afuera, sos pobre, no llegarás, no te lo merecés. Otro argumento de fuentes similares es la aceptación de la escasez de fondos para justificar el achicamiento de la educación pública estatal. Es una interpretación limitativa más al derecho a la educación. Por el contrario, la justicia debería exigir a la jurisdicción más rica del país que invirtiera todo lo necesario para el ensanchamiento de su sistema educativo, mejorándolo cuantitativa y cualitativamente.” (3)

Al revisitar el artículo con la firma de Adriana Puiggrós, resulta difícil no recordar la situación que desembocó en el fallecimiento de Maylén (11), alumna de 4° grado del Distrito 5 en agosto de este año. Por ella venían reclamando desde hacía tiempo los docentes de su escuela que escribieron esta dolida carta:

HOY NOS FALTA UNA NIÑA EN NUESTRA ESCUELA

Hoy estamos atravesades por el dolor, la impotencia y la bronca frente a la pérdida de una niña de nuestra escuela, consecuencia de la ausencia y la desidia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que sistemáticamente vulnera los derechos de nuestres pibis.

Tenía 11 años, era alumna de la Escuela 11 DE 5, de la villa 21-24, desde el año 2017 cuando comenzó primer grado. Ya en los primeros días de su ingreso a la escuela, se pidió la intervención del EOE (Equipo de Orientación Escolar) debido a la clara vulnerabilidad de derechos que atravesaba la niña y su familia. Durante los años 2018 y 2019 se presentó un certificado médico que indicaba la necesidad de un refuerzo hipercalórico de vianda. Dicho refuerzo, que era insuficiente, no se le otorgó el año pasado. Recién en el año 2020 el EOE deriva su situación y solicita la intervención a la Defensoría zonal. Esta solicitud se reiteró en los años 2021 y se actualizó en el 2022, pero al día de la fecha a la escuela nunca se le informó si hubo alguna intervención de dicho organismo.

Durante todos sus años en la escuela, fue acompañada continuamente por las y los docentes de manera integral: armando dispositivos focalizados en su aprendizaje tanto dentro como fuera del aula, consiguiendo turnos médicos, gestionando sus anteojos, ropa para que se abrigue, garantizando el almuerzo antes de ingresar al aula y articulando con las organizaciones del barrio. Los recursos y las herramientas que debería haber proporcionado el Gobierno de la Ciudad para acompañar a la niña y a su familia, nunca fueron suficientes, y en algunos casos inexistentes.

Fueron 6 años los que transitó en nuestra escuela. Seis años en los que el Estado estuvo ausente, en los que solo se obstaculizaron los intentos por intervenir frente a tanta vulnerabilidad e injusticia.

El viernes 12 de agosto, llegó a la escuela y se descompensó. Inmediatamente, se llamó al SAME para que pudieran asistir a la niña, desde una línea particular porque hace meses que el teléfono de la escuela no funciona. Luego de aproximadamente una hora y un segundo llamado al SAME, fue retirada de la escuela. La ambulancia nunca llegó.
El lunes 15, la niña ingresó a la guardia del Hospital Penna, donde ya no hubo nada que hacer por ella.

Las maestras y maestros de la escuela señalamos al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como principal responsable de la muerte de nuestra estudiante.

Denunciamos el vaciamiento de todos los organismos del Estado que durante todos estos años deberían haber actuado en tiempo y forma, garantizando la salud, el cuidado y la integridad de esta niña y su familia; así como la de tantos/as otres estudiantes que se encuentran atravesando situaciones similares en las escuelas públicas del sur de la Ciudad de Buenos Aires.

Hoy en la ciudad más rica del país mueren niñes porque no se destinan recursos ni hay voluntad, de parte de este gobierno para proteger las niñeces.

Basta de hacer marketing con la educación y la salud de nuestres niñes.

La única realidad es la muerte de nuestra estudiante y  no lo que quisieron mostrar.

Exigimos urgentemente políticas de cuidado integral para las niñeces.

¡Hoy seguimos gritando ni unx pibx menos!
¡Exigimos justicia!

El Estado es responsable.
Docentes de la Escuela N° 11 DE 5

 Como se ve, las políticas educativas tienen consecuencias que las exceden. Y que explican la preocupación del gobierno por eliminar carreras con orientación en derechos humanos como aquí lo mencionamos al principio. Los derechos humanos no incluían a Maylén como tampoco a “Chicha” el niño de 8 años que buscaba comida en un basural de Paraná, Entre Ríos, y encontró la muerte al ser aplastado por un camión.

Todo cierra si reunimos las declaraciones de distintos funcionarios, desde la famosa frase del entonces presidente Macri: “Hay una terrible inequidad entre los que pueden ir a una escuela privada y los que tienen que caer en una pública” o la del entonces Ministro de educación Esteban Bullrich: “Hace muy poquito cumplimos 200 años de nuestra independencia y planteábamos con el presidente, que no puede haber independencia sin educación, y tratando de pensar en el futuro, esta es la nueva Campaña del Desierto, pero no con la espada sino con la educación” o la de la entonces gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, M. Eugenia Vidal: “Nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy llega a la universidad”. Sin olvidar tampoco las diatribas de la ministra Soledad Acuña contra los docentes, al caracterizar que quienes eligen la carrera docente “son personas cada vez más grandes de edad” que lo hacen como tercera o cuarta opción luego de haber fracasado en otras carreras” y  afirmando que “si uno mira el nivel socioeconómico, o en términos de capital cultural, al momento de aportar para el aula, la verdad es que son de los sectores más bajos socioeconómicos los que eligen estudiar la carrera docente”. A renglón seguido los acusó de ejercer el adoctrinamiento en lugar de la enseñanza.

No hace tanto que asistimos a la toma de escuelas secundarias por sus estudiantes en demanda de las reparaciones y obras edilicias necesarias, por un refrigerio digno para los chicos y contra las pasantías truchas con las cuales se intenta proporcionar mano de obra gratuita a las empresas so pretexto de la formación profesional de los alumnos y alumnas. La respuesta del Gobierno porteño fue el intento de judicializar la protesta de los pibes, amedrentar a las familias enviando a la policía a la puerta de sus domicilios y sancionando a docentes y directivos como el del Instituto Mariano Acosta por respaldar los reclamos.

Aclaremos que una cosa son las lacras educativas y sociales, evidentes a lo largo y ancho del país cualquiera sea el signo del gobierno de turno, otra muy distinta cuando dichas lacras constituyen el propio programa de gobierno. El ataque a lo público opone de manera irreconciliable el modelo de una sociedad con derechos al de una sociedad donde cada necesidad se transforma en el negocio de unos pocos. Una sociedad sin sujetos que puedan transformar la realidad solo puede desembocar en la dictadura más o menos desembozada del mercado. Ese modelo se intentó implementar durante el período de 1976 a 1983 con los resultados que nadie debería olvidar y que las nuevas generaciones deberían preocuparse en conocer antes de ceder al canto de sirena de los falsos libertarios. Hoy ese modelo, pretende imponerse ya no sacando a la calle al ejército y desapareciendo ciudadanos, sino con la legitimidad de las urnas en un momento de desarme ideológico y despolitización de las masas populares.  

Poder pensar el sistema educativo actual críticamente, pensarse dentro de él, parándose a analizar los fenómenos sociales de la postmodernidad como la fragmentación y la ruptura de los lazos sociales, la violencia etc. desde una perspectiva liberadora es clave para la formación docente. Pero esa perspectiva choca de frente con la pretensión de las corporaciones de convertir la educación en un campo de adiestramiento de trabajadores baratos y sumisos, aptos para asegurar las superganancias de las empresas en esta fase del capitalismo.

En su lúcido artículo Proyecto de Vida, Ezequiel Adamovsky acierta cuando afirma que “…en los últimos cinco años, la presión para orientarnos a todos a un único proyecto de vida asumió un tono agresivo que antes no tenía. Al menos no de manera tan explícita. Porque ahora no es solo la condena moral a quien no es “emprendedor”: a ella se suman ataques cada vez más directos a quienes aspiran a hacer algo o simplemente a abrir la boca sin tener los supuestos pergaminos que el título conlleva. En los debates políticos y en las redes aparece en la demanda de que alguien haya tenido experiencia “en el sector privado”, que haya “pagado alguna vez una quincena”, para asumir responsabilidades del tipo que sea. Como si ser empleador o haber ganado dinero diera alguna clase de clarividencia que los demás no tendrían. Como si haberse abierto camino en la jungla competitiva que sería el mercado fuera índice no solo de aptitud, sino incluso de talento o, más aún, de heroicidad. Y como si ese supuesto talento, además, fuese de aplicabilidad universal, necesario y suficiente para actuar en todos los campos.”(5) 

Por eso es tan importante la movilización callejera cuanto la otra movilización que implica la reflexión colectiva sobre la propia práctica pedagógica, la cual debería llevarnos a un verdadero Congreso Pedagógico, democrático, donde lxs docentxs, estudiantxs y familias tengamos voz y voto para refundar sobre nuevas bases el sistema educativo. En esa perspectiva destacamos las jornadas realizadas de forma autónoma y autoconvocada  por lxs docentxs de la provincia de Misiones para analizar el nuevo Régimen Académico de educación Media junto a otras temáticas. Dichas jornadas que se realizaron en las ciudades de Posadas, Banda y Oberá con la intervención de personalidades y pedagogos del campo popular son una importante señal en la dirección que marcamos.-  

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