El cumpleaños de mi nieto

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No todo tiempo pasado fue mejor.

Y aunque el que atravesamos sea uno de esos que te hagan dudar, sin embargo, siempre lo mejor está por venir.

Yo tuve dieciocho años en los tiempos en que la vida era “un blanco móvil” y sin embargo asumí esa única certeza: siempre lo mejor está por venir.

Y podría decir, tan sólo por quererte tanto, que no me equivoqué.

La magia con la que tus viejos eligieron nombrarte era toda una premonición: Camilo Ernesto dijeron. Y como un tatuaje imborrable quedó en mi corazón ese instante. Una estrella en la frente de todos nosotros, para siempre.

Me acuerdo de aquella canción que inventé para acunarte. Jugaba con tu nombre y con mi estrenado título de abuelo. Al límite del absurdo lo sé. Pero es que la vida tiene mucho de eso. Y en esa canción -sin saberlo- había algo de aviso: ni el pan ni los caramelos debían faltarle a nadie.

Dieciocho años después, parece mentira, vos y yo y todos quienes nos rodean bien, tenemos que defender el espíritu de esa pobre nana canturreada en sol mayor. Ni el pan ni los caramelos deben faltarle a nadie en este mundo.

Seré breve Camilo… ( con todas las letras, no me cierra el vértigo con el que hoy se acortan hasta los nombres), no encontrarás consejos ni monsergas (término que aprendí del tango, género que hasta ahora conocés para alegrarme, pero que con el tiempo te será infinitamente revelador) tampoco esas definiciones rimbombantes con las que algunos viejos vinagres presumen, pero que si las googleás encontrás a montones.

Solo deseos impropios de un cumpleaños posmoderno: no te pares a mirar la vida desde una ventana, ojalá seas parte del paisaje. Todo lo demás está en aquella maravillosa síntesis que hiciera un entrañable amigo y compañero: endurecerse Camilo, endurecerse sin perder la ternura.

Tal vez cuando los años pasen y yo sea una “lejura” (Yupanqui es otro imprescindible) te acordarás de la guitarra y algún libro de Paco Urondo.  Me sobra.

 Ahhh … y que fueron, son y serán treinta mil. (Cuidarse de la gilada, pelearla, son la noche y la niebla!)

Abrazo. Tupungato, 5 de Octubre de 2023.    

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