Introducción
Manuel Dávila
Hay varias razones que me han impulsado a encarar esta tarea, pero de ellas he decidido priorizar dos: una que llamare ideológica y otra personal. Comenzaré con la segunda. Entre los catorce y quince años de edad, cuando ya llevaba un tiempo leyendo a escritores rusos como Dostoyevski, Tolstoi, Chéjov, a Cervantes, algunas obras de Shakespeare, Hermann Hesse, y autores argentinos varios, como Borges, Bioy Casares, además de lecturas ideológicas como Marx, Bakunin, etc, tomé un libro de la biblioteca “prohibida” de mi padre e intente leerlo. A la segunda oración, temía la sensación de estar leyendo en chino, del cual por supuesto no tengo ni idea. No podía creer que pese a mi pequeña e inicial formación, y a mi capacidad de comprensión, tuviera un libro en idioma castellano del cual no pudiese entender absolutamente nada. El autor en cuestión era Heidegger. Desde ese entonces la filosofía fue como un tema pendiente. Inclusive mi idea inicial era estudiar filosofía en la UBA. La presión familiar me llevo a la facultad de ingeniería que abandoné en el curso de ingreso, y bueno como los estudiantes que me conocen ya saben, terminé en artes plásticas.
La segunda razón que me impulsó, pero relacionada también con la primera ya expuesta, fue la necesidad de ayudar y estimular a otros, sobre todo a los estudiantes, y pienso en especial en algunos de ellos, (la cofradía de la biblioteca), en el estudio y conocimiento de esto que parece ser un enorme misterio solo asequible a mentes privilegiadas.
Por cierto, creo que todo esto no es más que un gran mito. Es cierto que hay quienes se regodean en escribir “en difícil”, pero la verdad es que la filosofía es casi un pensamiento natural, que llevamos en nuestro interior sin saberlo. “Hacemos” filosofía constantemente: cuando meditamos sobre algún tema, cuando pensamos en soledad sobre la existencia humana, en el porque de las contradicciones del mundo, la violencia, la vida en general, en nuestro deseo, en que queremos o esperamos de la vida, de nuestro futuro, etc. La filosofía es parte de la vida cotidiana, directamente conectada a nuestro tiempo, el que nos toca vivir. Y estudiarla es penetrar no solo en el pensamiento de los hombres, sino en las construcciones sociales y culturales de cada época, en como vivían y en como pensaban.
Y es también y fundamentalmente conocernos y comprender el mundo que nos rodea.
A los estudiantes
A la cofradía de la biblioteca.