¡Oh! Espíritu de la Vida, ¡Oh! Espíritu de la Vida, toco el tambor de piel de cordero, tres golpes, tres latidos, que mi música llegue hasta ti.
Oh! Diosa, en esta oscura noche. Yo te invoco:
¡Escucha mis ruegos, escucha mis lamentos, te lo imploro, aléjame del paso implacable de la muerte!
Mientras el canto del tambor avanza, una voz se hace presencia
¡Oh! Espíritu hambriento:
-¡Conquista el fuego! ¡Qué mi luz no te enceguezca ni mi sombra te atemorice, conquista el corazón del fuego!
Siempre que oigas un canto a la luna, siempre que oigas un canto al mar, verás, ¡Oh! pobre enamorado, el paso de la muerte, el baile de la vida. Más, te lo advierto, desgraciado ser:
– ¡No trates de pasar el sol por el ojo de una aguja. No me tengas miedo. ¡Continúa oyendo mis pasos! ¡Continúa oyendo mi voz y el silencio!.
La voz se enmudece y su rostro gira. Ahora es la cara de la muerte, la que impone el silencio.
Oh! no me abandones Espiritu de la vida:
-Qué la muerte no haga mella en mí, no me dejes. Oh! Espíritu de la Vida, ¡Oh! Espíritu de la Vida, Por favor, no calles tu voz, no me arrojes a la enfermedad y a la vejez, no permitas que mi carne se pudra y mi nombre se pierda en el olvido. ¡Escucha mis ruegos, escucha mis lamentos, te lo imploro, aléjame del paso implacable de la Muerte!
la voz truena:
– ¡Oh! espíritu aferrado y egoísta, escucha, y no interrumpas, o acaso no te das cuenta que estás hablando con la Muerte – la voz se alza y se alza en luz-
Vida y fuego. Vida y fuego. Vida y fuego…
Bienaventurado aquel danzante que descalzo en la noche, baila entre las brasas y no quema sus pies.
Oh! Muerte y Vida. Amor y Soledad. Amor y Vida.
Oh! Espíritu cobarde: – Conquista el Amor. ¡Conquista el corazón del Amor! Juega, ríe, llora y muere.
No dudes del débil hilo que conecta las sonrisas con los llantos, los dolores con las alegrías. No rechaces los juegos del niño.
¡Vive y déjate morir!. ¡Muere y déjate vivir!.
Recuerda y olvida. Recuerda, rememora.
Pierde, busca y olvida…
Olvido y olvido y olvido.
Y Muerte….
Mas, sin embargo. Tu llanto será aquel sol que ilumine otras vidas. Juega y ríe, y no ignores el sol. Ríe y juega y trae contigo la inocencia. El gozo y el sol. Y luego llora y perece.
Un niño, un sol, un gozo y un dolor, un cuerpo tibio, y un cuerpo frio. Fuego. Danzante y danzo.
-¡Oh! Cántale a la luna y cántale al sol, cántale a las estrellas. Cántale al niño, cántale al dolor, y cántale a la alegría. ¡Oh! Suplicante, danza para la vida, acepta mi rostro cadavérico y el tuyo, acepta mi vida y acepta tu muerte y danza.
Lucía Cao Octubre 2023.