ACERCA DE LA TRAICIÓN Y LOS TRAIDORES

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Escribe Ismael Jalil

En una memorable entrevista de Antonio Carrizo, el Polaco Goyeneche dice algo magistral sobre los malos tangos. Por ejemplo “El Tigre Millàn dice en su letra: ” nunca fue correspondido y ella al fin lo traicionó” explicame como va a ser traicionado si ella nunca le dio bola?” Esto que correctamente afirma el cantor de los barrios podría aplicarse a quienes ven traición en el peronismo cuando sus referentes se entregan al gobierno de las élites.

La reciente incorporación de Scioli al gobierno de las élites, confirma su trayectoria “sinuosa” (menemista clásico, vice de Néstor Kirchner luego, candidato de CFK y por su recomendación, ovacionado en la Plaza de la despedida, embajador con Alberto, y ahora casi ministro de Milei/Macri). A su turno confirma además la maleabilidad ideológica de la fuerza popular más importante del país. No abono a la idea de los varios peronismos ni mucho menos a las versiones policíacas de la historia que ven conjuras y traiciones en dónde hay otras cuestiones mucho más complejas. Prefiero interrogarme. ¿Cómo se hace para pasar de ser “el hecho maldito del país burgués” -según el consecuente Bebe Cooke- a constituir un partido del orden dispuesto a ser el bombero para el incendio de la gobernabilidad?
¿Hasta cuándo compañeras y compañeros de buena fe seguirán defendiendo la teoría de los varios peronismos? Estamos ciertos que de haber vivido en aquellos años primeros del peronismo , deberíamos haber aportado a la lucha por hegemonizarlo. De hecho esa pelea la dieron (y la perdieron) las y los mejores cuadros de aquellos tiempos y aún de años sucesivos (Montoneros por caso y con su propio cuero). ¿Cómo se hace para sostener las banderas revolucionarias y al rato levantar las de la socialdemocracia, o la del neo desarrollismo, y hasta variantes neoliberales? ¿Son varios peronismos o sus limitaciones ideológicas las que hacen que gente ajena a su genealogía llegue a representarlo? Scioli -como Alberto y Massa- no nacieron en el peronismo, no invocan al peronismo ni forman parte de la liturgia propia de él, pero indudablemente comparten (en mayor medida Daniel y Sergio) su condición de hombres de confianza de “la embajada” y no es casual que hayan sido sus últimos tres candidatos a Presidente.
Nunca estuvieron del lado de los trabajadores y de los pobres en general. No son traidores entonces. Cobra vigencia la analogía del Polaco aunque para ser más riguroso, apelo a Alicia Eguren, la brillante mujer que a la par del gran Bebe Cooke se fue del peronismo después de advertir que si no se convertía en revolucionario iba a terminar cooptado por cuadros de la clase dominante. Y es que negar la lucha de clases para abonar a la conciliación , parece ser la explicación más sensata. Lo otro es irse a la antigüedad: se le atribuye a Julio César haber dicho “amo la traición pero odio a los traidores”.

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